John Garnier es un joven solitario, hijo de una madre soltera. Pierde su trabajo tras la muerte misteriosa de su jefe, después su novia es asesinada y por ello su madre, Rosy, está en la cárcel. Madre e hijo tienen una relación extraña de mutua dependencia. Para sacar a su madre de la cárcel diseña un complejo operativo que consiste en detonar siete bombas en Francia. Después del primer estallido en una escuela, que no causa víctimas mortales, se entrega a la policía.
El comisario Camille Verhoeben se hace cargo del caso. John plantea a la policía que liberen a su madre y que les entreguen pasaportes con otra identidad, cuatro millones de francos y un vuelo, para viajar a Australia. A cambio él les dirá dónde están las bombas antes de que estallen. Verhoeben pronto se da cuenta que está ante un caso particular. Los métodos convencionales de investigación no van a funcionar. ¿Quién es Garnier? ¿Qué pretende? ¿Hasta dónde quiere llegar? El comandante Verhoeben es un tipo entrañable, que se aleja de las clásicas maneras del comportamiento de los policías.
John ante la tortura se mantiene firme. Ese no es el camino para doblarlo y hacer que diga donde están las bombas. Estalla una segunda, en la lógica que él había anunciado, que tampoco causa daños. Los más altos funcionarios del gobierno francés están enterados del caso. En un principio no quieren ceder, pero al final lo hacen. El costo político de no hacer caso a lo que propone John es muy alto. Rosy y John van al aeropuerto. De manera inesperada obliga al chofer a tomar otra ruta. Ya en el lugar, madre e hijo se ponen a bailar. De pronto John hace estallar la bomba. Madre e hijo mueren. El desenlace es imprevisible.
Lemaitre, en 2013 gana el Premio Goulcart por la novela Nos vemos allá arriba. Rosy & John se estructura en pequeños capítulos de gran intensidad. El autor aborda el tema de una manera que siempre mantiene el interés. Se quiere saber que sigue y cómo se desarrollan los acontecimientos. La trama no es convencional y siempre hay sorpresas. La situación y los personajes son creíbles. Son seres humanos reales que sufren y viven su propia condición.
La escritura es directa y poderosa. No hay excesos o florituras. Se va siempre al grano. El autor maneja el género de la novela negra como pocos. Rompe con los convencionalismos y al mismo tiempo, de manera creativa, juega con ellos. Rosy & John es la tercera entrega de la serie del comandante Camille Verhoeven, las dos anteriores fueron Irí¨ne (2006) y Alex (2011). Se anuncia una cuarta con el nombre de Camille.