Roscosmos niega que aumento de temperatura en la nave Soyuz MS-22 amenace a cosmonautas

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Una fuente de Sputnik aseguró que, debido a la avería en el sistema de refrigeración, la temperatura en la Soyuz MS-22 aumentó durante el día a 50 grados centígrados. En Roscosmos, a su vez, afirmaron que la temperatura en la zona residencial de la nave es de unos 30 grados

Agencia de Noticias Sputnik

El aumento de la temperatura en la nave Soyuz MS-22 que presenta problemas con el sistema de refrigeración, no resulta crítico para los aparatos de la Estación Espacial Internacional (EEI) ni plantea ninguna amenaza para la vida y la salud de la tripulación, informó el servicio de prensa de la corporación espacial rusa Roscosmos.

“Los cambios en el régimen de temperatura actualmente no son críticos para el funcionamiento de los equipos y la comodidad de la tripulación de la estación, en particular, según los informes de la propia tripulación, no representan una amenaza para la vida y la salud de los cosmonautas, pues están dentro de los parámetros aceptables”, destaca el comunicado.

Según la nota, el régimen de temperatura necesario en la parte residencial de la nave Soyuz MS-22 es apoyado por medios del segmento ruso de la EEI.

Más temprano este viernes, una fuente de Sputnik aseguró que, debido a la avería en el sistema de refrigeración, la temperatura en la Soyuz MS-22 aumentó durante el día a 50 grados centígrados. En Roscosmos, a su vez, afirmaron que la temperatura en la zona residencial de la nave es de unos 30 grados.

El jueves, el casco exterior de Soyuz MS-22, acoplada a la EEI, sufrió daños, lo que provocó una fuga en el sistema de refrigeración externa de la nave. Los cosmonautas informaron a los especialistas en la Tierra sobre la activación del sistema de diagnóstico de la nave, y también confirmaron que visualmente observaron la fuga.

Ese mismo día, el incidente obligó a Roscosmos cancelar la caminata que iban a realizar los cosmonautas rusos Serguéi Prokópiev y Dmitri Petelin.

En la transmisión de la NASA pudieron observarse chorros del líquido técnico que golpeaban por fuera la nave. Para establecer las causas de lo sucedido, la cosmonauta rusa Ana Kíkina, utilizando una cámara, hizo fotos y filmó un vídeo de la superficie de la nave para enviarlos a los especialistas de la Tierra.

Según el director ejecutivo de los programas tripulados de Roscosmos, Serguéi Krikaliov, lo ocurrido pudo ser provocado por el impacto de un micrometeorito en el casco de la nave. Según él, no se detectó ningún otro cambio en la posición de la nave y de la EEI. 

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