El nombre de Gabriel García Hernández es prácticamente desconocido, pero es uno de los funcionarios más poderosos de la actual administración.
Se desempeña como Coordinador General de Programas para el Desarrollo y reporta directamente al presidente de la República. De él dependen los 32 superdelegados, los 260 delegados regionales y los 25 mil Siervos de la Nación, que al amparo de los programas sociales realizan tareas de proselitismo político a favor del presidente y de Morena.
Su tarea central, que está al margen de la ley, es hacer que los beneficiarios de los programas sociales piensen que reciben es una “regalo” del presidente y su partido y no un recurso en el marco de un programa institucional del Estado.
A estos programas sociales se ha unido, la campaña nacional de vacunación donde los Siervos de la Nación, juegan un papel central.
Ellos coordinan las brigadas médicas que aplican la vacuna. El propósito de la estructura coordinada por García Hernández es lograr que todos los beneficiarios, en agradecimiento al presidente, voten por quien se les diga. Esa es la tarea central de los Siervos de la Nación.
En la estrategia electoral del presidente, los programas sociales y la organización que responde a García Hernández, son claves de cara a la elección del seis de junio.
En su visión es eso lo que puede hacer ganar a Morena. García Hernández de 2000 a 2005 fue director de Adquisiciones de la Oficialía Mayor del gobierno del Distrito Federal, cuando el oficial mayor era Octavio Romero Oropeza, actual director de Pemex.
En 2005 renunció a su cargo, para unirse a la primera campaña presidencial de López Obrador. Fue apoderado legal de la asociación civil Honestidad Valiente, encargada de recaudar fondos para las campañas electorales de 2006 y 2012.
El PRI lo acusó en 2012, por utilizar esta organización como vehículo, para recibir dinero “oscuro” del Gobierno del Distrito Federal (GDF) a través de contratos sospechosos. Estos recursos iban a la campaña.
Como militante Morena se ha desempeñado como secretario de Organización, enlace en el estado de Michoacán y secretario técnico del Consejo Nacional.
En 2018 fue electo senador por lista nacional para las legislaturas LXIV y LXV, pero de inmediato se separó del cargo, para hacerse responsable del trabajo que le encomendó el presidente.
El coordinador de los programas sociales operados desde la presidencia de la República es licenciado en Economía por la UNAM y tiene una maestría en Finanzas Públicas por el INAP.
Los integrantes del gobierno federal ubican muy bien el poder que tiene García Hernández. Todos lo ubican como hombre de confianza del presidente. Y saben que muchos de ellos no lo son.