La muerte está presente en nuestro diario vivir, desde ya hace algunos años la muerte ha funcionado como un muy buen negocio, las guerras, las noticias, las redes sociales. El día de hoy es muy común observar imágenes muy fuertes de sucesos cotidianos donde seres humanos pierden la vida, imágenes en redes sociales, noticieros, periódicos, que lo que hacen es deshumanizar el dolor que los seres cercanos de una persona que fallece sienten.
El objetivo de este escrito no es recalcar esta deshumanización (la cual si es muy necesario mencionarla), el objetivo de este escrito es tratar de responder desde el punto de vista personal, familiar, social compartir un cuestionamiento que por experiencias personales y cercanas me ha tocado reflexionar. ¿Quién acompaña en el duelo? También me surge la pregunta ¿Quién tiene la sensibilidad y el tacto de acompañar a una persona que está pasando por un duelo?, también me surge la pregunta ¿quién tiene la sensibilidad de dejarse acompañar en el duelo?
Muchas veces he compartido y comentado que la esencia del salvadoreño, centroamericano, latinoamericano es muy cálida a diferencia de la esencia fría del europeo, pero aun observando esta realidad desde el punto de vista más humano, la calidez del salvadoreño, centroamericano, latinoamericano se queda muy indiferente ante realidades como la muerte y el duelo, pues, son pocas o nulas las personas que acompañan en el duelo.
En ocasiones se puede confundir que acompañar en el duelo es un tema de salud mental, o es una “tarea de profesionales”, pero realmente es un tema de humanidad y empatía, una empatía que es muy necesaria en la casa, en el trabajo, en el colegio, en la universidad, una empatía que muchos profesionales tienen y que muchas personas dentro de la sociedad también tienen pero que no alcanza para que una sociedad pueda vivir en paz.
Como me decía mi mamá antes de fallecer: Uno no puede dar lo que no tiene. Es muy común que las personas que ya han pasado por un duelo puedan comprender de mejor manera a otra persona que está pasando por un duelo, aunque me atrevo a decir que la mayor parte de personas que pasan por un duelo emprenden el viaje de sanación solos, algo que no está mal pero no debería de ser así.
Es muy necesario aprender a es cucharnos y aprender a escuchar, estoy seguro que es la única manera de apoyar y comprender a una persona que está pasando una situación difícil como un duelo, debemos de hacer el esfuerzo de estar alerta cuando una persona desea desahogarse con nosotros, pues a no nos imaginamos que tan grande es la ayuda con solo el hecho de escuchar.