Centroamérica comparte los mismos riesgos ante el nuevo gobierno de Estados Unidos: la posibilidad de enfrentar deportaciones masivas, eventuales cambios en los acuerdos comerciales y la construcción de un muro fronterizo. Aunque han pasado dos meses desde la llegada de Donald Trump a la silla presidencial norteamericana, aún no es claro el impacto para la región.
Los gobiernos de Centroamérica, especialmente de los países en el llamado Triángulo Norte, han guardado relativo silencio ante las críticas e indicios de medidas adoptadas por Trump. Por un lado, especialistas creen que no desean llamar la atención del presidente de Estados Unidos y enfrentar una crisis similar a la de su vecino, México.
En el caso particular de El Salvador la cancillería informó que ha sostenido encuentros con algunos funcionarios del país norteamericano y además estudia algunas medidas para dar respuesta a las posibles deportaciones masivas.
No obstante, han señalado que los niveles de deportaciones no se han disparado y que se mantienen comparados con los registrados durante la administración de Barack Obama.
El Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI) señaló hace unos días los posibles impactos a los que podría enfrentarse la región en caso de que el nuevo presidente cumpla sus propuestas más radicales son en migración, comercio, inversión y cambio climático.
Migración
Trump prometió la construcción de un muro en la frontera entre Estados Unidos y México por lo que los países del Triángulo Norte (Guatemala, El Salvador y Honduras) puedan verse afectados por la medida.
A lo anterior se suma la probable deportación de miles de inmigrantes irregulares en territorio estadounidense hacia la región, lo cual tendría también un alto impacto en los mercados laborales y en la economía centroamericana.
La región se caracteriza por la alta dependencia económica de las remesas en el Producto Interno Bruto (PIB) de los países del triángulo norte: 18.6 % del PIB para Honduras; 17.4 % del PIB para El Salvador; y 11.4 % PIB para Guatemala.
Comercio
La posible renegociación del Tratado de Libre Comercio de Estados Unidos con Centroamérica y República Dominicana.
Estados Unidos ha sido el principal socio comercial de Centroamérica en conjunto, por lo que una política comercial restrictiva desde la nación norteamericana hacia Latinoamérica, y en particular sobre Centroamérica, podría profundizar la disminución de las exportaciones de la región hacia este importante mercado.
Inversión
El ICEFI consideró que otro canal de transmisión para posibles efectos negativos de un cambio radical en las políticas estadounidenses es la inversión directa que la región recibe de ese país.
Cambio climático
La institución consideró que una preocupación es que Trump llegó a calificar de mito al cambio climático y sus declaraciones en cuanto al destino de la gubernamental Agencia de Protección Ambiental son causa de alarma y preocupación
Por otro lado, Christian Calderón Cedillos, sociólogo guatemalteco explicó en una revista de negocios que con relación a la política bilateral entre Estados Unidos y los países de la región, la política más importante del gobierno de Obama es el llamado Plan Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte, surgido como respuesta a la crisis humanitaria con los menores migrantes sin documentos suscitada en 2014. Ésta alianza también podría verse afectada.
Con relación, a esto Calderón señala que la reacción inteligente de los gobiernos y sociedad civil de los tres países podría permitirles mantener sus beneficios – entre ellos US$2.000 millones de apoyo estadounidense ofrecidos para los próximos 5 años-, dado que es un compromiso de Estado reconocido por el Senado.
Desde su análisis, si se logra agrupar a los gobiernos de la región respecto a la situación de los migrantes podría generar un impacto positivo.