“Cada pueblo tiene el gobierno que merece” Joseph de Maistre
"Cada pueblo tiene los gobernantes que se le parecen” Andre Malraux
"Un pueblo que soporta a un tirano, lo merece” José Martí
Cada vez que oigo o leo sobre el tema de la privatización del agua, hay cosas que no me quedan claras.
Así que he decidido lanzar algunas preguntas.
1. Si el agua potable servida por ANDA tiene como competencia, a dos grandes empresas, que venden agua embotellada, anunciada como purificada, con lo que ya deja claro que el agua corriente no es pura, ¿no es eso una empresa privada? ¿No es, de hecho, una privatización del agua, que lleva varias décadas entre nosotros? ¿No es cierto que en los establecimientos de comida, venden el vaso de agua?
2. ¿Acaso me engaña mi memoria pero, no se hablaba antes de promulgar una “ley de aguas”? ¿Las grandes empresas que tienen pozos privados, pagan los impuestos de rigor? ¿Están regulados? ¿Quién los controla?
3. ¿Por qué no se está peleando por promulgar la ley de aguas? ¿No sería eso más importante, que la lucha por evitar que la distribución y cobro caiga en manos privadas?
El problema del agua en el país es real. Nuestra pequeña tierra, era privilegiada en cantidad y calidad de agua. Los manantiales abundaban. Nuestro territorio está surcado por infinidad de ríos, que ahora están secos. Basta con ir al Oriente del país, para ver las cuencas vacías, muertas y llenas de basura, de lo que fueran ríos.
San Salvador es una ciudad privilegiada. Podría ser la más bella de Centroamérica, con solo sanear los dos hermosos ríos que la atraviesan. ¿Se ha hecho algún estudio sobre la factibilidad de saneamiento de los ríos Acelhuate y Arenal? Si en Europa han limpiado ríos más antiguos y contaminados que los nuestros, como el Tamesis en Londres y el Sena de París, ¿por qué no es posible limpiar los nuestros? ¿Falta de qué?, ¿de voluntad política?, ¿de educación? ¿O de ambas?
Todo eso me chirrea más que cuando la profesora pasa sus uñas sobre el pizarrón. Si fuera mal pensado, o conspiranoico, pensaría que es una medida electorera para 2021, teniendo a la gente entretenida en las calles, y que se olviden de las cuentas que aún no han dado los dirigentes del Frente ante el desastre electoral pasado. Tuvieron diez años para atender el problema del agua, como debería ser. Si yo, que soy un simple observador, me hago estas preguntas, cómo es que no las ven los políticos.
Y es que, de verdad, la izquierda no ha hecho nada serio sobre el desastre ecológico que nos dejaron los veinte años de guerra, más los veinte de insensibilidad de Arena sobre el tema.
Retomando las frases del principio, hago las últimas preguntas: ¿En realidad nuestro pueblo merece ese desastre? ¿De veras nos parecemos a esos? ¿Vamos a seguir soportando la tiranía del neoliberalismo y sus sacristanes de izquierda y derecha?