Por Juan Trímboli.
Según la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (CEPAL), la pobreza extrema es la insuficiencia de ingresos de los hogares incluso para costear los alimentos necesarios y la pobreza en todas sus expresiones es la insuficiencia de ingresos de los hogares para adquirir bienes y servicios que satisfagan las necesidades básicas de sus miembros y
La comunidad internacional, a través los Objetivos de Desarrollo Sostenible, de aquí al 2030 tiene el compromiso de erradicar la pobreza extrema y reducir al menos a la mitad la proporción de hombres, mujeres y niños que viven en la pobreza en todas sus dimensiones.
Con datos actualizados de CEPAL a abril 2024, la Fundación Ciudadana por un Consumo Responsable (FCCR) ha identificado que, entre 2021 y 2022, la pobreza extrema subió en las siguientes proporciones en estos países: Paraguay (+1,7%), Perú (+0,9%) Costa Rica (+0,11%), Colombia (+0,1%); en el mismo período disminuyó en estas naciones: Brasil (- 3,2%), Ecuador (-2,2%) y República Dominicana (-1,13%) y en el caso de Uruguay se mantuvo en el mismo valor.
Aunque la información de varias naciones latinoamericanas no está completa en este momento, los datos de arriba apuntan a que la pobreza extrema en los cuatro países ya citados avanza en sentido contrario a los compromisos internacionales.
Para conocer la forma en que la pobreza extrema afecta en forma diferenciada a hombres y a mujeres, se analiza el Índice de feminidad de la pobreza extrema, calculada por la CEPAL y cuya última actualización es del 30 de abril de 2024. Según este Índice, un valor superior a 100 indica que la pobreza extrema afecta en mayor grado a las mujeres que a los hombres; un valor inferior a 100, refleja la situación contraria.
La información disponible a la fecha cubre a 13 países, y los datos indican que a escala regional la pobreza extrema sigue afectando más a las mujeres que a los hombres y lo peor es que entre 2021 y 2022 esta tendencia empeoró más en perjuicio de la población femenina, como se ve reflejado en la siguiente Tabla.
La Tabla anterior muestra que en 5 países disminuyó la feminidad de la pobreza (Perú, Ecuador, Paraguay, Brasil y República Dominicana) y en 3 naciones centroamericanas (Costa Rica, Panamá y El Salvador) reportan aumento de la pobreza en las mujeres. Hay que tomar nota que la CEPAL en esta fecha no entrega estadística de varios países, entre éstos: Argentina, Belice, Cuba, Haití, Jamaica, Nicaragua, Trinidad y Tobago, República Bolivariana de Venezuela.
En relación a la pobreza en todas sus dimensiones, siempre de acuerdo a estadística actualizada por la CEPAL hasta el 17 de abril de 2024, de 8 países con datos completos para el período 2021-2022, en 6 naciones disminuyó la pobreza en las siguientes proporciones: Brasil (-5,3%), Colombia (-3,1%), República Dominicana (-3,03%), Ecuador (-2,5%), Paraguay (-2,2%), Uruguay (-0,5%); en las otras dos la pobreza incrementó: Perú (+1,6%) y Costa Rica (+0,02%).
En el caso de la pobreza en todas sus dimensiones, la FCCR también ha revisado el Índice de feminidad publicado por la CEPAL con datos actualizados al 30 abril 2024. Como ya se ha apuntado, en este Índice, un valor superior a 100 indica que la pobreza afecta en mayor grado a las mujeres que a los hombres y significa lo contrario cuando valor es inferior a 100.
Los datos indican que el promedio regional de la feminidad de la pobreza ha empeorado entre 2021 y 2022, aumentado de 116,3 a 117,7; tal como se visualiza en la siguiente Tabla.
Según esta información, al año 2022, República Dominicana, Uruguay y Chile son los tres países en donde la pobreza tiene mayor impacto en las mujeres que en los hombres; en cambio, Honduras, El Salvador y Perú, si bien reportan feminidad de la pobreza, su incidencia es un poco menor en comparación con los otros países.
A la luz de toda esta información, se puede afirmar que la región no está avanzando lo suficiente para erradicar la pobreza extrema y reducir a la mitad la pobreza en todas sus dimensiones al año 2030, con el agravante de observarse aumento en la feminidad de la pobreza, condición que condena a millones de personas, con mayor incidencia en las mujeres, a una vida llena de limitaciones que les impiden una vida digna.