Si bien en apariencia e intención, el programa Salud 503 del gobierno salvadoreño está dirigido a prestar servicios de salud a los llamados hermanos lejanos, en esencia no es más que un subsidio más que estos deben pagar por la salud de sus familiares. Ya sea por ingenua o por irracional, esta política dista mucho de conectar con la realidad de los salvadoreños en el exterior que más necesitan de un seguro médico. Asumiendo que el gobierno del FMLN, a través de su Ministerio de Relaciones Exteriores y del Instituto del Seguro Social, ha estudiado la composición y estado de los salvadoreños en el exterior y consultado a estos o sus representantes, ¿cómo es que este programa no se sale de la política de ordeño que han llevado todas las administraciones de ARENA? El mensaje que los salvadoreños están enviando a través de las redes sociales desde el exterior es que están cansados de subsidiar la economía de EL Salvador y substituir al estado en sus responsabilidades sociales.
Cuando se habla de salvadoreños en el exterior, más del 90% residen en Estados Unidos, y de estos el grupo mayoritario lo constituyen los que salieron de El Salvador entre 1980 y 1989 debido a la represión urbana y los combates entre la guerrilla y el ejército en las zonas rurales del país. Además de haberse dado su propio sustento, este grupo ha estado subsidiando a sus familiares en El Salvador por un promedio de tres décadas. La mayoría de ellos está en estos momentos en edad de retiro laboral. Aunque estos salvadoreños residiendo en Estados Unidos han invertido en pensiones de retiro especialmente en su seguro social, en su mayoría no excede los $1000, este monto no les alcanza para vivir en dicho país y gozar de un seguro médico. La mensualidad de retiro no les alcanzaría ni para pagar su vivienda, utilidades y alimentación, mucho menos un servicio médico. Lo desalmado del actual congreso republicano ha empeorado su situación, al igual que la de todos los pobres de Estados Unidos.
Siendo esta la realidad, un programa como el Salud 503 pareciera resolverles sus necesidades de salud con $55.95 mensuales y los otros $944.05 les alcanzaría para pagar vivienda y alimentación en el país que han soñado vivir sus últimos años. Muy a pesar de que el actual director del ISSS, doctor Roberto Cea ha explicado que el Régimen de Especial Cotización para Salvadoreños en el Exterior se ha iniciado con una inversión de 148 millones de dólares en preparación infraestructural para brindar este servicio a los llamados hermanos lejano, los salvadoreños mayores de 60 que son los que verdaderamente lo necesitan no podrán gozarlo. Esto sin tomar en cuenta que los niños entre 12 y 18 años también están excluidos del programa.
Además de dejar fuera a los más vulnerables, el Régimen Especial de Cotización para los Salvadoreños en el Exterior no parece abordar las necesidades de los niños que año con año son enviados por sus padres a El Salvador para pasar vacaciones de verano con sus familiares. Si bien el venir a El Salvador a aprender la cultura de sus padres no represente una necesidad primaria para estos jóvenes, el tener un lugar seguro donde pasar el verano mientras sus padres trabajan si es primordial para los salvadoreños que viven en Estados Unidos. No es solo inconsecuente con los hermanos que subsidian la economía de la familia salvadoreña, sino incongruente con los planes de turismo y comercio del gobierno de EL Salvador.
Si Salud 503 es verdaderamente dirigido a subsanar la necesidad de seguro médico de los hermanos lejanos, ¿es realista esperar que estos puedan realizarse exámenes médicos durante sus vacaciones de dos o tres semanas en su país natal? ¿Está el Instituto del Seguro Social en capacidad de proveer este tipo de servicios en tan corto plazo? Si el plan Salud 503 es una medida sincera y no un oportunismo negligente, debe expandir sus términos de tal forma que incluya a la población más vulnerable entre los salvadoreños que residen en el exterior que han entregado la uva de su trabajo para mantener a sus familiares. De no hacerlo, sería una medida que además de demagoga continua con la política de destierro y ordeño de los hermanos lejanos.
El Régimen Especial de Cotización para Salvadoreños en el Exterior Salud 503 del doctor Cea es más bien un proyecto para generar financiamiento ¿de dónde? del bolsillo de los “hermanos lejanos”. Esto es más de la misma falta de creatividad de los funcionarios que teniendo la oportunidad de resolver lo que tanto criticaron de los gobiernos militares del PCN, no le han ensenado a ese pueblo ni siquiera a beber más agua, reducir consumo de sal, azúcar, grasa y harinas para proteger su salud. Es una lástima que en vez de invertir en gimnasios, piscinas, educación nutricional, salud preventivas como la de Cuba de la que tanto hablaron estos señores funcionarios en su juventud, se hayan limitado a ejercer el mercado de la medicina recetando barbitúricos y analgésicos, que los usuarios acumulan en sus casas, solo para asegurarse que “los del seguro” no las vayan a vender. Hay mucho por hacer — una cultura sanitaria puede darnos una ciudadanía sana con menos financiamiento que una política analgésica de mercado, que con seguridad es temporalmente anestésica.
Ha sido esta falta de creatividad y consideración con sus hermanos en el exterior la que le ha generado al partido oficial la actual crisis política. Mientras el alcalde Nayib Bukele gestiona financiamiento de USAID y fundaciones como la de Howard Buffet, a algunos ministros solo se les ocurre bolsear a sus “hermanos lejanos.”