Los humanos somos máquinas biológicas de transmisión y procesamiento de información. El lenguaje oral fue la primera forma de comunicarnos, luego surge el lenguaje escrito, que permitió mayor circulación y difusión de información. El lenguaje escrito fue un factor importantísimo para el surgimiento de sociedades cada vez más complejas, sin dicho lenguaje, la humanidad no hubiera creado la civilización. En el lenguaje escrito se almacenan enorme cantidades de datos, y se difunden los relatos ideológicos necesarios para sostener la cohesión social.
Uno de los objetos más antiguos que almacenan información es el libro. El surgimiento de la Imprenta provocó una revolución en la producción y difusión de información, los libros eran producidos en masa, las buenas ideas llegaban a más personas y visibilizaba a más y más pensadores. El progreso de la tecnología de los medios de comunicación, ha sido un factor importante para el progreso moral y político de la civilización occidental. Pero también ha reforzado el lado oscuro de la naturaleza humana.
Ya en la primera mitad del siglo XX, el filósofo Julien Benda ya advertía que el avance tecnológico de los medios de comunicación, eran responsables del aumento de la cohesión y expansión del fanatismo político. El último avance tecnológico de medios de comunicación son las redes sociales de internet. El psicólogo moral Jonathan haidt sostiene que las redes sociales dañan la salud mental, porque mantiene a las personas en un estado constante de indignación en contra de sus adversarios morales y políticos. Gran parte de los pleitos políticos son pleitos morales, el choque entre dos concepciones distintas de lo que es bueno y de lo que es malo sobre un tema o varios temas. El fanatismo político contiene grandes dosis de indignación moral. La indignación moral es contagiosa y las redes sociales son el vector que expande la indignación moral, expande el tribalismo moral y político.
Las personas tienen una tendencia innata a chismorrear, y el chismorreo aumenta la cooperación social entre un grupo de personas, en las redes sociales se chismorrea, y nacen verdaderos nidos de fanatismos, donde el sesgo pro grupal se fortalece y se expande, aumentando el conflicto.
Las redes sociales se han convertido en la nueva plaza pública, donde las masas van a escarnecer y linchar virtualmente a las personas acusadas de cometer una acción que es malvada, a juicio de una determinada ideología.
Los seres humanos somos animales sociales , así evolucionamos, por lo tanto, tenemos un deseo profundo de reconocimiento social, un deseo de tener estatus, deseo de sentirnos mejores que otras personas. La polarización moral y política se ve agravada por el alto grado de exhibicionismo moral que destilan las redes sociales. El exhicionista moral busca parecer bueno ante los demás para obtener alto status , y por eso hace gala de indignación y señalamiento en las redes sociales en contra de los “malvados “
Las redes sociales fortalecen los sesgos y la desinformación. Cuando una persona ve una noticia o un artículo favorable a sus creencias morales y políticas, lo cree automáticamente, le da “like” o “me encanta “ y lo comparte en su muro, pero sí la noticia o el artículo no favorece sus creencias morales y políticas, automáticamente no lo cree, le da “me divierte “ o lo comenta de forma negativa, o simplemente no lo comparte en su muro.
Si bien es cierto las redes sociales han aportado grandes beneficios a la humanidad, como hacer el conocimiento científico más accesible, también es cierto que, han reforzado el lado oscuro de nuestra naturaleza.