Las agencias de calificación de riesgo consideran que la elección del ultraderechista Jair Bolsonaro como presidente de Brasil reducirá la volatilidad en los mercados brasileños y animará a los inversionistas, pero que aún no garantiza la aprobación de las reformas estructurales que el país necesita.
En comunicados divulgados hoy, un día después de que el polémico diputado fuera elegido con el 55 % de los votos válidos frente al 45 % del socialista Fernando Haddad, las agencias Moody’s y Fitch valoraron la victoria de Bolsonaro por las políticas liberales que ha defendido en campaña, pero alertaron sobre las trabas que aún tendrá para aprobar las reformas.
De acuerdo con ambas agencias, Bolsonaro necesitará el aún incierto apoyo del Congreso para la aprobación de reformas impopulares como la de las pensiones y otras medidas para combatir las deficitarias cuentas públicas del país, consideradas como el mayor desafío actual para la mayor economía de Sudamérica.
Pese a que la victoria electoral de Bolsonaro "debe mejorar los ánimos de los inversores y reducir la volatilidad cambiaria, el fragmentando Congreso aún representa un riesgo para la aprobación de las reformas", aseguró Moody’s en su comunicado.
La agencia admitió que los detalles de la política económica que será puesta en marcha por el ultranacionalista a partir del 1 de enero aún no están claros y dijo que tienen que ser anunciados lo más rápido posible porque el déficit fiscal, la reforma a las jubilaciones y el apoyo político en el Congreso son desafíos.
"Pese a que Bolsonaro no ha articulado totalmente su política económica, los inversionistas tienen la percepción de que probablemente impulsará políticas promercado y que beneficiará varios sectores de la economía", afirmó la vicepresidenta da Moody’s Samar Maziad.
"Aunque esperamos una continuidad de las políticas públicas (de ajuste fiscal), la capacidad de construir apoyo en el Congreso para aprobar las reformas fiscales aún no fue puesta en prueba", agregó.
Según Moody’s, la fragmentación del Congreso, en el que estarán representados 30 partidos y ninguno sin mayoría, así como la retórica de confrontación del presidente electo durante la campaña, pueden generar "ruido político" y amenazar la capacidad del mandatario de conseguir apoyo suficiente en el Congreso.
Fitch también puso en duda la capacidad del presidente electo de conseguir respaldo del Parlamento a las reformas consideradas como necesarias para ajustar las cuentas públicas de Brasil y permitir un crecimiento sustentable.
"La incertidumbre permanece con respecto a la velocidad y la profundidad de las reformas en un momento en que las presiones del déficit y de la deuda son altos", alertó la calificadora.
Para esta agencia, pese a que su partido será la segunda minoría en la Cámara Baja, con 52 diputados, y a que Bolsonaro consiguió apoyo de gran parte de los gobernadores regionales, su relación con el Congreso aún dependerá de una delicada negociación con los partidos de centro que se declararon neutrales en las elecciones.
"La habilidad del presidente electo para formar una coalición efectiva para aprobar las medidas económicas claves en el comienzo de su Gobierno será un importante indicador de la dirección de sus políticas económicas y de la extensión de las reformas que pueden pasar durante su administración", según Fitch.
Esta agencia también afirmó que "los profundos desafíos estructurales han contribuido para un crecimiento débil y que los grandes déficits fiscales y una creciente deuda pública van a limitar severamente las políticas del nuevo Gobierno".