jueves, 5 diciembre 2024
spot_img
spot_img

Mi encuentro con Franí§ois Houtart y monseñor Proaño

¡Sigue nuestras redes sociales!

spot_img

Hace unos dí­as volví­ de un largo e intenso viaje por Ecuador y Perú. Fui invitado por el Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN), de la Universidad de Posgrado del Estado-Ecuador, a participar en la Cátedra Franí§ois Houtart en unas Jornadas sobre “El pensamiento crí­tico de Franí§ois Houtart”, fallecido en junio de 2017 en Quito. Nidia Arrobo, creadora, con Monseñor Leónidas Proaño, de la Fundación Pueblo Indio de Ecuador, y Antonio Salamanca, profesor del IAEN, conocedores de mi amistad, sintoní­a intelectual y estrecha colaboración con el sociólogo belga, me pidieron dictara una conferencia sobre “Religión y Mercado: Nuevos paradigmas teológico”, que tuvo lugar el 16 de mayo con la asistencia del profesorado y alumnado investigador del Instituto, así­ como de numerosas personas interesadas en el tema.

Tras un análisis crí­tico del neoliberalismo, siguiendo las reflexiones de Houtart, defendí­ que el mercado se eleva a la categorí­a de absoluto, fuera del cual no hay salvación, cuando lo que hace la economí­a de mercado es excluir de la salvación-liberación a las mayorí­as populares del Sur global. Es la “trascendencia perversa” de la que hablaba Marx. Propuse la necesidad de des-religiosizar el mercado, des-divinizarlo, cuestionar su carácter trascendente y absoluto, criticar la idolatrí­a del mercado, como hiciera Marx en su teorí­a de la idolatrí­a del capital y de la mercancí­a. Una crí­tica que debe partir de la denuncia de los profetas del Israel a la idolatrí­a y de la crí­tica de Jesús de Nazaret a la adoración al Dinero convertido en í­dolo (Mateo, 6,24).

Hoy la religión está mercantilizada, vive sometida al asedio del mercado y, preocupada por cuestiones internas y por ganar el espacio confesional perdido, con frecuencia se deja asediar acrí­ticamente. Por eso, afirmé la necesidad de des-mercantilizarla y cuestionar su complicidad con el capitalismo. Una complicidad que practican, entre otros, el teólogo norteamericano apologista del mercado Michael Novak, que compara a las Corporaciones Internacionales con el Siervo de Yahvé del profeta Isaí­as, y el economista francés “cristiano” Michel Camdesuss, ex director general del FMI, que pide hacer las bodas entre el Mercado y el reno de Dios. Como alternativa, creo que hay que pasar de la trascendencia perversa a la trascendencia liberadora en la historia. De lo contrario, la religión será “el opio del pueblo”.

Era la tercera vez que visitaba Ecuador. La primera fue para participar en la 6ª Jornada Teológica de la Comunidad de Educación Teológica Ecuménica y Caribeña (CETELA) sobre “Abya-Yala y sus rostros. Formación teológica y transversalidad”, celebrada en Cumbayá, del 2 al 6 de julio de 2000. Los diálogos y las ponencias se publicaron en un libro del mismo tí­tulo (editorial Kimpres Ltda, Bogotá, 2001). El encuentro giró en torno a los diferentes rostros de la pluri-identidad cultural, religiosa y étnica latinoamericana y caribeña: negra, campesina, indí­gena, pentecostal, feminista y sus respectivas teologí­as, en un diálogo transversal.

Recuerdo con especial afecto a las teólogas y teólogos que participaron en el evento: Antonio Aparecido da Silva y Domingo Yanke, ambos fallecidos, Aní­bal Cañaveral, Jaime Prieto, Amí­lcar Ulloa, Violeta Rocha, Diego Irarrázabal, José Duque, Silvia Regina da Silva, Alejandro Ortiz, Débora Garcí­a, Mario Higueros, Eleazar López, Mathias Preiswerk, Anaida Pascual… Fue mi primera inmersión directa en las nuevas tendencias de la teologí­a de la liberación.

La segunda vez fue en 2010 invitado al Encuentro Pachamama, Pueblos, Liberación y Sumak Kawsay (Bien Vivir) con motivo de la celebración del centenario del nacimiento de monseñor Leónidas Proaño, “el obispo de los indios” (1910-2010). Estuvo organizado por la Fundación Pueblo Indio (FPI) con el objetivo de “volver a las fuentes para redimir la vida”. Participamos más de doscientas cincuenta personas de ífrica, Europa, América del Norte, Centro y Sur. Fue un espacio de reflexión en torno a la lógica del neoliberalismo y sus efectos perversos contra el planeta tierra y los pueblos oprimidos, y un ámbito privilegiado para el diseño de alternativas post-capitalistas frente a las crisis ambiental, climática, alimentaria, energética y económica, a las que hay que sumar la crisis ética.

En dicha efemérides, celebrada en la Universidad Andina Simón Bolí­var, participamos Frei Betto, Elsa Tamez, Franí§ois Houtart, Nidia Arrobo, Nancy Cardoso, Humberto Cholango, Juana Batzibal… No pudo asistir David Choquehuanque, pero envió una magní­fica conferencia sobre la reconstrucción del Bien Vivir (Sumak Kawsay). Recordamos que “el soñador se fue pero su sueño queda” y a nosotros nos corresponde hacerlo realidad. Publicamos las conferencias y los diálogos en el libro Pueblos indí­genas, derechos y desafí­os. Homenaje a monseñor Leónidas Proaño (AGD-N Libros-Universidad Carlos III de Madrid-Pueblo Indio del Ecuador con la siguiente dedicatoria:

“A los pueblos originarios de Abya-Yala de ayer, hoy y mañana, adoradores del Sol como fuente de vida y primeros ecologistas de la historia, en recuerdo de la experiencia cósmica-fraterna-sororal del Centenario de monseñor Proaño compartida del 37 al 31 de enero en Quito, siempre en nuestra memoria y en nuestra vida, con respeto y reconocimiento”.

En mi reciente viaje a Ecuador contemplé los volcanes Pichincha y Cotopaxi, volví­ a visitar el centro histórico de Quito, Patrimonio Cultural de la Humanidad, y recorrí­ con una guí­a excelente el Museo de Arqueologí­a del Alabado. Ya fuera de Quito, pasé unos dí­as deliciosos en Otavalo en la casa rural de mis amigos Pilar Castañeda y Antonio Salamanca. Visité el Centro de Formación Indí­gena en Pucahuaico (San Antonio de Ibarra), lugar de la memoria histórica de los lí­deres indí­genas que lucharon por la liberación de las comunidades originarias, donde está enterrado monseñor Leónidas Proaño. Allí­ pude leer su propuesta utópica: “Sueño con la posibilidad de una sociedad nueva”.

En el capí­tulo 7 de Teologí­as del Sur. El giro descolonizador, dedicado a la teologí­a indí­gena latinoamericana y a la cosmovisión eco-humana del Bien Vivir (Sumak Kawsay)”, ofrezco un análisis de la aportación vital e intelectual de Proaño a la teologí­a y la cosmovisión indí­genas, que no solo son válidas para las comunidades originarias de Abya-Yala, sino también para la civilización occidental.

Mi encuentro con el pensamiento y la coherencia de Franí§ois Houtart (1926-2017) y de Leónidas Proaño (1910-1988) me reafirmó en la crí­tica del neoliberalismo y en la búsqueda de un modelo civilizatorio post-capitalista. Solo por eso mereció la pena el viaje a Ecuador.

¡Hola! Nos gustaría seguirle informando

Regístrese para recibir lo último en noticias, a través de su correo electrónico.

Puedes cancelar tu suscripción en cualquier momento.

Juan José Tamayo
Juan José Tamayo
Teólogo, director de la Cátedra “Ignacio Ellacuría”, de la Universidad Carlos III, Madrid; colaborador de ContraPunto

El contenido de este artículo no refleja necesariamente la postura de ContraPunto. Es la opinión exclusiva de su autor.

spot_img

También te puede interesar

spot_img

Últimas noticias