Por Agencia Alemana de Prensa (DPA)
Alemania quiere establecer una asociación energética con Sudáfrica para impulsar que se deje de usar el carbón como fuente de energía en el mundo, según declaró hoy la canciller saliente, Angela Merkel, en la Conferencia Mundial sobre el Clima (COP26).
Esta cooperación es un importante “proyecto piloto para muchos países africanos”, continuó Merkel en Glasgow, sin precisar detalles.
La mandataria también destacó la cooperación de Alemania con Colombia, Noruega y Reino Unido en materia de protección forestal, recalcando la necesidad de que haya más cooperaciones globales para proteger el clima.
Merkel agregó que es necesario que todos los países eliminen el uso del carbón para evitar que continúe el calentamiento global.
Apuntó que los países del Grupo de los 20 que se reunieron en Roma el fin de semana enviaron una importante señal en su cumbre al acordar que se elimine la financiación internacional de las centrales eléctricas que funcionan en base al carbón.
La canciller explicó que aplicar tarifas a las emisiones de dióxido de carbono (CO2) es un instrumento central para llevar a cabo la necesaria “transformación integral” del trabajo y la economía.
Añadió que en general aún queda mucho por hacer en la protección del clima mundial. “No estamos donde tenemos que estar”, observó la jefa del Gobierno alemán, para quien esta será su última Conferencia Mundial del Clima y probablemente su última gran aparición internacional.
Sin embargo, Merkel expresó su confianza en que aún es posible mitigar las graves consecuencias del calentamiento global.
“Sabemos que los efectos del cambio climático son devastadores. Debemos -y también digo: podemos- aplicar el Acuerdo de París”, subrayó Merkel, añadiendo que los países industrializados tienen una responsabilidad especial en esto y que la financiación del apoyo a los países más pobres también es crucial para su credibilidad.
“Tenemos que admitir que no llegaremos a los 100.000 millones de dólares de financiación hasta 2023”, dijo la canciller en funciones, refiriéndose al objetivo original de los países industrializados de poner 100.000 millones de dólares anuales a disposición de los Estados más pobres ya en 2020.
Merkel aseguró que este objetivo se alcanzará más adelante, pero que los fondos prometidos se pagarán, al tiempo que aseguró que Alemania hará una “contribución considerable” en este sentido.
En cuanto a las emisiones de CO2, añadió: “La Unión Europea ya cuenta con un sistema de precios de este tipo para el sector industrial. Otros, por ejemplo China, lo están introduciendo ahora”.
“(Estoy) muy interesada en que sigamos hablando de esto y también en que tomemos decisiones al respecto”, afirmó la canciller con vistas a las negociaciones que se celebrarán durante la conferencia.
Merkel apuntó que la tarificación del CO2 es un instrumento clave para movilizar el capital privado con el objetivo de promover la protección del medio ambiente.
“En cuanto el CO2 tenga un precio, los proveedores de capital privado también podrán saber en qué dirección invierten tecnológicamente”, agregó.
Merkel subrayó lo importante que es no solo utilizar el dinero de los contribuyentes en la lucha contra el calentamiento global, sino también instrumentos que tengan un “sentido económico”.
“Para mí eso es el precio del CO2”, recalcó la canciller alemana explicando que, en general, se necesita una gran cantidad de inversiones para cumplir los objetivos climáticos mundiales.
Merkel se refirió a una estimación del ex secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, según la cual la protección global del clima requeriría una financiación anual de 800.000 millones de dólares.