Recuerdo que la Constitución de la República de El Salvador en la América Central dice que los fines de la educación son: “(55) lograr el desarrollo integral de la personalidad en su dimensión espiritual, moral y social; contribuir a la construcción de una sociedad democrática más próspera, justa y humana; inculcar el respeto a los derechos humanos y la observancia de los correspondientes deberes; combatir todo espíritu de intolerancia y de odio; conocer la realidad nacional e identificarse con los valores de la nacionalidad salvadoreña; y propiciar la unidad del pueblo centroamericano”. Además, declara que: “(58) ningún establecimiento de educación podrá negarse a admitir alumnos por motivos de la naturaleza de la unión de sus progenitores o guardadores, ni por diferencias sociales, religiosas, raciales o políticas”. Teniendo esto claro, comencemos.
Antes de escribir esto, encontré una publicación en Facebook que decía: “si el estudiante que venga a matricularse no viene acompañado con sus responsables y sin cumplir los requisitos establecidos no podrán ingresar a la institución ni mucho menos matricularse. Favor venir acompañado con su responsable y con corte de cabello y vestimenta que dicta el reglamento interno. Además, no atuendos adicionales [“¦] presentarse con su encargado a entrevista con docente orientador. Estar solventes con colecturía y biblioteca”. Me pareció interesante y entonces decidí separarlo.
Primero: nadie que no llegue con sus padres a la institución no podrá matricularse. Me parece curioso, especialmente cuando en bachillerato hubo estudiantes, como yo, que cuyos padres no podían ir a matricularlo, en primer año fui con mi mamá a matricularme, me sentía nervioso, pero me matriculé. En segundo año fui yo solo y en tercero para que contar lo mismo, además era como que hubiera preferido irme si conocía a mi orientadora en primer año.
Segundo: como diría una amiga, cuando ingresé parecía un poco salido del penal de máxima seguridad, pero porque a mi mamá le gustaba que me cortara el pelo así ““no porque desde pequeño me gustara seguir las reglas”“y como ella pagaba”¦ ni modo. Me he dado cuenta de que el corte de pelo no influye, dos amigos se dejaban crecer bastante el pelo y son inteligentes, pero varios compañeros se dejaban crecer el cabello y entraban en la categoría de no muy inteligentes.
Tercero: haber pagado en colecturía y biblioteca. A partir de esto entendí que era la matricula más cara, pero el Gobierno vende la idea de que la educación en El Salvador es gratuita. Al final, son un aproximado de veinte dólares en gastos para entrar a estudiar y nunca falta el docente que decide vender libros para su beneficio, que aunque sean fotocopias las vende a diez dólares.
En serio, tenga demasiadas anécdotas, pero si alguien del Ministerio de Educación lee esto, creo que debería existir mayor control con las instituciones y quitarles ciertos derechos a los docentes, que al final muchos de ellos no están capacitados para estar dentro de un aula o, en el peor de los casos, manejando asuntos internos de una institución.