El numeral 4 del comunicado en el que la Comisión Política del FMLN anunció el adelanto de las elecciones internas dice: «hoy nos corresponde promover una mayor participación de las nuevas generaciones de jóvenes (…)», esta oportunidad en principio suena bien, y es que ya es tiempo de ceder espacios a otros, pero puede resultar en más de lo mismo, si no es correctamente aprovechada.
Cualquier esfuerzo de renovación no debe agotarse en promover una nueva generación estrictamente en términos etarios, pensar que poniendo nuevos rostros al frente del partido atenderíamos el llamado de atención que hizo la población, estaríamos cometiendo los mismos errores, lo que se requiere es una nueva generación con una nueva mentalidad que promueva una nueva estrategia para realizar cambios profundos.
A esta nueva generación le corresponderá conducir la transición y liderar los esfuerzos que permitan reconectarnos con la población, abrir el partido para que más personas se sumen al proyecto, cambiar los métodos y estilos que no responden a la realidad, revisar posturas y discursos sobre el entorno nacional e internacional, y otros esfuerzos que nos lleven transformar el FMLN en lo que la población espera y no sólo en lo que los rojos queremos. Todo esto requiere una nueva estrategia, que no responda al calor de los resultados, sino a una visión de largo plazo, que permita retomar los principios y valores, volver a la razón de ser, y superar las costumbres y tradiciones que están tan enraizadas en el partido, que incluso han permeado a algunos rostros que se venden como «nuevos», escudándose en el hecho de ser jóvenes o de no haber sido parte de las estructuras, pero que cuando escuchamos y analizamos sus planteamientos podemos evidenciar su radicalismo, que en algunos casos es aún más profundo que el de sus madrinas o padrinos políticos.
Todo esto nos lleva a las grandes preguntas: ¿quiénes deberían participar como candidatos en estas elecciones internas?, ¿debemos apoyarlos solo porque son «rostros nuevos»? Pero… ¿y si estos son más de lo mismo? Este proceso de democracia y madurez interna requiere un ejercicio de auto análisis y reflexión para quienes deseen liderar la transformación y saber si están comprometidos con ese cambio; para quienes votaremos por la nueva dirigencia el llamado es a no perder de vista la oportunidad histórica que se presenta, debemos demostrar que aprendimos de lo sucedido, apoyando a quienes, basados en una estrategia adecuada, nos garanticen que darán ese giro de timón que la población espera; y finalmente a los que aún creemos en el proyecto, afiliados o no, nos toca exigir y promover que se elija a personas fieles a los principios y valores del partido, y que nos llevarán nuevamente a ser una opción para la ciudadanía. El camino será difícil, tomará tiempo, pero estoy seguro que si rectificamos ahora, llegaremos al lugar adecuado para contribuir a la construcción de un mejor país.
(*) El Autor es abogado y notario [email protected]