La diversificación de los medios de comunicación ha hecho que también se diversifique y se reinvente la forma de vender algún producto o servicio. Si bien la venta directa funcionó, y aún funciona, como el caso de los anuncios de TV “¡Llame ya!”, hay quienes buscan vivir la experiencia que proporciona el producto o comprar la historia que hay detrás de él.
Hasta la forma cómo clasificamos hoy a los medios deberá ser revisada si partimos del hecho de que lo tradicional está enmarcado en el tiempo y en lo cotidiano, y el alcance de algunos “medios tradicionales” ya no es tan masivo como antes.
La televisión, la radio, la prensa y el cine aún podrían asumirse como tradicionales; sin embargo, las plataformas digitales y las redes sociales han sobrepasado los límites geográficos y han dejado de ser locales y nacionales para ser internacionales. Es muy probable que en un futuro no muy lejano estas plataformas sean catalogadas como tradicionales.
Además del auge de las redes sociales, los llamados “medios tradicionales”, específicamente la radio y la televisión, deben enfrentar otro importante desafío como es la entrada de las señales digitales (DTV, Digital TV). Este desarrollo tecnológico permite tanto la recepción como la transmisión digital de imágenes y sonidos, así como la posibilidad de transmitir diversas señales a través de un mismo canal. Es decir, se multiplica la capacidad de transmisión en radio y televisión.
Con este avance vertiginoso en términos tecnológicos y de masificación de la información es imperativo cambiar las formas de promocionar un producto o servicio ya que los consumidores de hoy son más conscientes y están más informados sobre muchas de las estrategias de venta.
El contenido y las experiencias son fundamentales para la fase de captación de clientes y usuarios. Pongamos el caso de una aerolínea. Si la aerolínea tuviera que incrementar sus ventas utilizando marketing directo, seguramente fortalecería su equipo de ventas y analizaría las mejores épocas para viajar y saldría a vender. Sin embargo, a través del marketing de contenido puede crear la necesidad o vender la experiencia de conocer algo interesante que luego llevará al cliente a la compra del boleto.
Por ejemplo, la aerolínea produce un audiovisual o patrocina un documental sobre la India, su cultura, geografía, maravillas naturales y además promueve la práctica de Yoga como una experiencia espiritual para quienes buscan algo más; luego, difunde el material en salas de espera, plataformas digitales, redes sociales, televisión, cine. Así, una buena conjugación de estímulos (visuales, sonoros) pueden despertar la curiosidad del espectador y llevarlo a pensar: “quiero conocer la India”. Por otro lado, si ya existe un público cautivo, por ejemplo, instructores, maestros o aprendices de Yoga, podrían pasar del “quiero” al “tengo que conocer la India”; deja de ser aspiracional y se convierte en emprendedor. Es un paso más para alcanzar una meta y es el primer paso para la fidelización.
Otra forma de desarrollar el marketing de contenido es a través de tendencias bien posicionadas como el How to, que no son otra cosa que los tutoriales. El tutorial puede llenar el vacío educativo del usuario que desea aprender algo que le apasiona, le conviene o le genera curiosidad y que por algún motivo no había aprendido. También puede ser una alternativa más vinculada al tema económico, específicamente al costo de matrículas de cursos y talleres que hoy proliferan de forma gratuita en canales como YouTube.
De esta forma, tendencias como How to, life style, DIY (Do it yourself) no venden productos sino historias que te llevan a comprar el producto. Un tutorial de maquillaje o un tutorial de carpintería sugiere el uso de algún instrumento o herramienta que no necesariamente debe ser mencionado por su marca pero que en algún momento aparecerá como un comentario o sugerencia de algún “lector espontáneo” del foro en donde está el video. Si logro identificarme con la causa, seguramente seré fiel a su idea y por ende a su producto o servicio.
Con el avance de la señal digital, la velocidad con la que se consume información en cualquier red social o plataforma digital, se abre un abanico de posibilidades para las agencias de publicidad y productoras. La multiplicación del contenido es directamente proporcional al número de canales que surgirán en el futuro.
El marketing de contenido debe ser relevante, debe captar la atención del público. Hay muchas historias por contar y queda de su parte definir el propósito.