La Superintendencia de Competencia (SC) puso tres condicionamientos para consolidar la concentración económica entre AB InBev y SABMiller en El Salvador, entre estas, que se evite un monopolio con la venta de las cervezas. La entidad ordena que se busque un tercer inversionista para que venda las cervezas Suprema y Regia.
El análisis hecho por la entidad reveló que la compra de las operaciones de SABMiller en El Salvador produciría una "limitación significativa de la competencia en el mercado de cervezas y afectaría el bienestar del consumidor".
"Las consecuencias identificadas fueron: el agente resultante se convertiría, básicamente, en un monopolista; desaparece la rivalidad entre los dos principales competidores del mercado; reforzamiento de la posición dominante de Industrias La Constancia (ILC), creando las condiciones propicias para un alza generalizada de precios de todas las marcas de cerveza de su portafolio; y se reforzarían las barreras a la entrada al mercado", indica la entidad.
SABMiller tenía presencia en El Salvador a través de la Industrias La Constancia, S.A. de C.V. y de otras subsidiarias dedicadas a la producción de cervezas, agua, jugos y bebidas carbonatas, entre las que destacan las marcas Coca-Cola, Pilsener y Cristal.
Por su parte, el grupo AB InBev importa cervezas a El Salvador desde sus filiales en Guatemala y República Dominicana, productos que son distribuidos en la plaza a través de Comercializadora Interamericana S.A. de C.V y Crio Inversiones S.A. de C.V., respectivamente.
De igual forma el ente regulador ordenó a la AB InBev y a Industrias La Constancia formalizar relaciones comerciales con distribuidores minoristas y otros proveedores, por lo que ambas empresas tendrán que abstenerse de introducir cláusulas en los contratos que pudieren limitar la competencia y se toma de ejemplo, que La Constancia tiene prohibido establecer cláusulas contractuales con bares o restaurantes que impidan a estos ofrecer productos de marcas rivales.
De acuerdo con un comunicado de la Superintendencia de Competencia, las compañías acordaron en noviembre de 2015 la adquisición a escala mundial por parte de AB InBev de la totalidad del capital social emitido y que pueda ser emitido por SABMiller.
Los principales condicionamientos impuestos por Competencia para AB Inbev fueron presentar un "plan de desinversión" para aprobación del Consejo; formalizar las relaciones con sus proveedores y abstenerse de cometer prácticas anticompetitivas, además de mantener las garantías laborales de sus empleados.
Para garantizar la eficacia del condicionamiento, la Superintendencia de Competencia verificará que el comprador tenga la capacidad y los incentivos suficientes para generar las presiones competitivas apropiadas en el mercado, contrarrestando de esta manera los daños advertidos de la concentración económica.