Para la ciudadanía honrada, que los funcionarios al final de su periodo muestren un finiquito flash, elaborado así a la ligera, sin investigación, y que en escasas hojitas un sello diga “aprobado”, no significa, necesariamente, que provenga de un procedimiento y resultado correctos. Falta el detalle documental, minucioso, exhaustivo, objetivo y verdadero. Un finiquito así es corrupción.
En las últimas décadas y, especialmente, durante los más recientes períodos presidenciales, después de los Acuerdos de Paz (1992), en el país ha tomado carta de ciudadanía esta abominable y aberrante experiencia, de parte de algunos funcionarios sin escrúpulos y con conciencia antipopular. Finiquitos flash grandes o chiquitos, es igual.
Y en esto ha tenido -tiene- mucho que ver el nulo y hasta malicioso papel de la Corte de Cuentas de la República (CdeC) que, por lo mismo y con razón, se ha ganado total falta de credibilidad de parte de la ciudadanía. Sus antecedentes han sido, con una dirigencia por cuota partidaria del PCN durante décadas, el encubrimiento y la falta de transparencia, por conveniencia política. Una institución más para encubrir que para descubrir anomalías, en el manejo de la cosa pública.
“Cuando el río suena…”, éste y otros dichos populares en cadena se propalaban, en los últimos días de la administración del ex presidente Antonio Saca, por mal uso de fondos en Casa Presidencial (CAPRES), durante su período de gobierno 2004-2009. Y más aún, cuando concluido su período, de manera harto simplista y poco o nada convincente, apareció en conferencia de prensa junto al presidente de la CdeC, Hernán Contreras, mostrando éste un finiquito, escueto y sin detalles, para decir al unísono “caso cerrado”. Toda una novedad, porque ¿desde cuándo ambos presidentes (de CAPRES y CdeC), deben salir uno mostrando falsos datos y el otro avalándolos? Un chiste de mal gusto, diría la población airada…
La Corte de Cuentas lo informaba, a través de los medios. “{La} gestión de Saca ya fue auditada”, publicaba El Diario de Hoy el 8 de diciembre de 2009). Auditada sí, pero no bastaba decirlo. La población exigía demostrar la razón del finiquito; sobre todo, para reconfirmar tantos desafueros de la administración de Saca y la complicidad del presidente de la CdeC de entonces.
Y sorprendían los reclamos posteriores y airados de ARENA: “Yo creo que para efectos de claridad, al ex presidente Saca lo que le conviene es explicar esos $219 millones qué se hicieron”, declaraba Jorge Velado, Vicepresidente de ARENA, y agregaba: “Siendo un excedente tan grande {$219 millones}, aunque él no tenga por qué dar cuentas, sería bueno que los revelara” (El Diario de Hoy, diciembre 8/09). Total indecencia, porque y… (¿Insepro/Finsepro, Crediclub, CREDISA, MOP, ANDA, BFA, ISSS, MSPAS, Abono de Japón, Donativo de Taiwán…?) Viejos recuerdos…
Nada de este comentario en defensa de Saca, pero vale destacar cómo varios fundadores y dirigentes de ARENA le reclamaban, endilgándole fuertes epítetos, como si ellos fueran los salvadores de la Patria. ¿Acaso no había sido Tony Saca “el mejor de los cuatro candidatos por su “popularidad”? ¿Acaso no se le permitió hacer lo que hizo en el doble papel de presidente tanto del país como de ARENA, sin reproche de correligionarios, empresarios, algunos medios de comunicación… que hoy se rasgan las vestiduras?
Aquí y ahora, en medio del juicio Saca, los cuestionamientos siguen y muy importante ha sido la revelación del finiquito flash que le entregó el presidente de la CdeC de entonces, Hernán Contreras, al expresidente Saca, según un testigo ante el juez, el 20 de agosto. “CCR hizo auditoría superficial a partida secreta de expresidente Saca”, tituló La Prensa Gráfica (21de agosto/2018).
Pero, en medio del enmarañado juicio Saca y sus derivados, el cuestionamiento de la población honrada a la CdeC, con responsabilidad total de su expresidente Hernán Contreras por el finiquito flash, es legítimo. Todo sea por el derecho del pueblo a exigir transparencia y honestidad a los funcionarios en general.