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Lo que existe es el Poder

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Arroyo: Con el tiempo observamos que la pureza de estos sistemas de creencias muta, y sabemos que ningún sistema ha comprobado con éxito lo redituable de sí mismo.

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Por Fausto Arroyo

En realidad no existe la ideología, lo que existe es la tentativa del ideario. Lo que existe es la abstracción, jamás la pureza de la teoría. No hay teoría si no un conjunto de apartados, una cantidad de ideas apilada con rigor o sin rigor. Lo que podemos alcanzar es el amasijo dentro de un conjunto, lo que podemos visualizar es la estética, porque la tentativa teórica tan sólo es eso. Y es que, en determinado momento, un conjunto de personas, deciden llamar al ideario teórico, ideología. Es normal que se tienda a definir, puesto que el humano tiende a razonar, tiende a definir, es absolutamente interesante cómo las principales ideologías han pasado de meros apartados teóricos y han llegado a ser realidades puestas en escena, como quien iza un telón negro en una sala, como quien, mirando un escenario grita, de una forma más o menos violenta, ¡que inicie la función!

Por ello, meta-teóricamente se nos insta a escrupulosamente analizar que cada teoría, o ideología tiene un principio que da base, que es un parte aguas para que ciertos principios tengan el efecto deseado. Un ejemplo de ello pueden ser las características del Comunismo o las características del Nacional Socialismo o el Liberalismo. Cada una procurará con su método, alcanzar ciertas formas o verdades que, sin lugar a dudas, pueden coexistir, pueden llegar a ser y a tener una concreción dentro de la realidad; estas pueden llegar incluso a estar dentro del corazón de quienes desean profesarla.

Sin embargo, con el tiempo observamos que la pureza de estos sistemas de creencias muta, y sabemos que ningún sistema ha comprobado con éxito lo redituable de sí mismo. Ni el Comunismo ni el Fascismo ni la derecha ni la izquierda han hallado esa coherencia que podría ser la verdad dentro de la tentativa teórica.

Históricamente los ejemplos son cada vez más palpables y hoy en día, sabemos que el Comunismo no ha funcionado al menos en una veintena de países. El caso de Corea del Norte es visible, después de la segunda guerra mundial, ha atravesado hambrunas. También tenemos la ruina económica de Albania o el caso de Ucrania. Y sin lugar a dudas, el fracaso de la Alemania del Este, que con la caída del muro de Berlín deja el modelo Comunista para adoptar un modelo basado en el capitalismo. O el triste caso de Camboya, cuyo genocidio es recordado por ser uno de los más terribles de la historia.

También tenemos el caso del Fascismo Italiano y sus consecuencias. Siempre con un antes que prometía, pero que al final terminó en graves consecuencias. O el mismo caso del Nacional Socialismo en la Alemania Nazi.

Se podría pensar entonces, que cada país dentro de la sociedad ha caído en una especie de error histórico, lo cual no está muy alejado de la realidad, y se podría deducir, mejor dicho, que, en realidad no debería de existir una sola formula que deba aplicarse, no debería existir un solo sistema. Lo ideal dentro de la complejidad de un mundo cambiante es que exista una variabilidad ideológica que nos muestre siempre la mutabilidad de los sistemas dentro de un sistema, o macro sistema que se posee, como cuando observamos que dentro de un país es posible que convivan diferentes etnias o religiones sin la necesidad de que estas, entren en pugna. Por ello, argumentar que no existe ideología, sino más bien la tentativa del ideario y que la única ideología es el poder,  nos lleva a pensar que nuestro sistema político a gran escala debe ser transformado.

Habría que darle un sentido diferente a la Sociedad que parece siempre imbuida en un letargo que lejos de ser propositivo, termina en el caos, en la idea de contienda, cuando se podría crear un dialogo basado en la lógica, en la pureza absoluta que siempre conlleva toda asimetría sistémica.

Es importante darse cuenta de que el poder tiene muchos rostros y máscaras. El poder es el verdadero rostro detrás de cualquier máscara social que devenga con el tiempo, por ello decimos que lo que existe es el poder.

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Fausto Arroyo
Fausto Arroyo
Fausto Arroyo, salvadoreño, narrador y poeta. Estudia Relaciones Internacionales y filosofía. Colaborador de ContraPunto

El contenido de este artículo no refleja necesariamente la postura de ContraPunto. Es la opinión exclusiva de su autor.

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