Mi nombre es Karen Molina. Nací en el municipio de El Progreso, Jutiapa en el departamento de Jutiapa en Guatemala. Desde hace varios años estoy participando en política, porque creo firmemente que los seres humanos somos política desde los pies a la cabeza. Estoy convencida de que participar políticamente no tiene que ver exclusivamente con un proceso electoral. No tiene que ver únicamente con partidos políticos. Desde los años sesenta y setenta, el movimiento feminista lo ha dicho con claridad: "Lo personal es político"; y la verdad es que sí, somos política de los pies a la cabeza. Reducir la política al hecho de "elegir y ser electos" a cargos públicos es no saber realmente qué es la política.
La maestra Alda Facio ha afirmado que “Gracias a la comprensión de que lo personal puede ser político, las mujeres construimos nuestros propios espacios y hacemos y escribimos nuestra propia historia”. En esa medida, decir que lo personal es político significa reconocer que nuestras vidas individuales son los hilos de los que está hecho el mundo, la sociedad y la vida misma. Nuestras decisiones personales cotidianas construyen o reconstruyen visiones del mundo: lo que comemos, lo que compramos, lo que sembramos, cómo nos transportamos y los lugares donde amamos o nos relacionamos.
Personalmente, desde hace años he participado políticamente dentro del movimiento social, más no desde la política partidaria, puesto que el Sistema Electoral y de Partidos Políticos no ha generado las condiciones necesarias para que todas las personas podamos participar en igualdad de condiciones, debido a que el mismo ha respondido a los intereses de una minoría que han mantenido de rodillas al país y porque los partidos políticos, más que tener proyectos políticos, han sido máquinas electoreras, sin ideología ni propuestas claras, donde los candidatos que ganan son los que mejor pagan a sus dirigentes para comprar los puestos para las candidaturas o el que más dinero tiene para hacer campaña política.
No obstante, durante esta contienda electoral, varias organizaciones del movimiento de mujeres de Guatemala me postularon como candidata a Diputada por un partido político que surgió recientemente, a partir de las manifestaciones que se sucedieron en 2015 en Guatemala, con la propuesta de luchar contra la corrupción. Sin embargo, no se pudo concretar mi inscripción para poder participar finalmente como candidata. Probablemente sea en la siguiente contienda electoral que finalmente participe o quizá no, sin embargo, si algo tengo muy claro es que la participación política es fundamental para la transformación de nuestras realidades. Y es mucho más importante la participación de las mujeres, quienes además de enfrentarnos al enorme monstruo de la política tradicional, tenemos que hacerlo ante la monstruosidad del Sistema Patriarcal.
Admiro muchísimo a las mujeres que se atreven a romper las normas establecidas, que se atreven a ocupar el espacio público y salir del espacio doméstico al que tradicionalmente hemos sido designadas a ocupar. Las mujeres representamos la mayoría de la población guatemalteca y el 53 por ciento del padrón electoral. En nuestras manos está el promover y lograr la transformación de nuestro país. No podemos permitir que se nos siga privando de nuestros derechos fundamentales. El Estado debe ser garante de nuestros derechos y debe proteger a la ciudadanía.
Este 16 de junio tenemos en Guatemala las Elecciones Generales 2019. Valoro mucho las candidaturas de mujeres valientes que se atrevieron a postularse y apostarle a transformar Guatemala. Mis respetos para todas ellas y también para todas las que continuamos participando desde otros espacios políticos, desde la sociedad civil, exigiendo el cumplimiento del Estado en la garantía de nuestros derechos, porque sabemos que “Lo Personal es Político”.