jueves, 5 diciembre 2024
spot_img
spot_img

Literatura, empatía y Derechos Humanos.

¡Sigue nuestras redes sociales!

"Después de la independencia, la sociedad salvadoreña buscó sostenerse en base a la narrativa del mestizaje, que es el relato que nos dice que, somos herencia de la mezcla de cultura española e indígena": Mario Mejía.

spot_img

Por Mario Mejía

La literatura existe desde antes del surgimiento de la escritura. Asombrados ante hechos como la lluvia, los terremotos, el dolor y la muerte, entre otros fenómenos, lo primeros seres humanos con capacidad para crear ficción, reflexionaron al respecto para encontrar explicaciones y respuestas. De esta manera nacen los primeros relatos orales mágicos religiosos, que son las primeras creaciones literarias.

Toda sociedad humana necesita de narrativas para sostenerse. Estas narrativas pueden ser visiones correctas, incorrectas o no tan incorrectas o no tan correctas acerca de la realidad. En otras palabras, las ideas comunicadas por una narrativa son el sostén de una sociedad, aunque sean incorrectas o no tan correctas. A través de la historia han existido diferentes tipos de narrativas que sostuvieron a diferentes tipos de sociedades. La literatura contribuye a la creación de narrativas que sostienen sociedades. La literatura contribuye a la creación de valores o modos de interpretación de la realidad.

Después de la independencia, la sociedad salvadoreña buscó sostenerse en base a la narrativa del mestizaje, que es el relato que nos dice que, somos herencia de la mezcla de cultura española e indígena. La literatura de Francisco Gavidia y Miguel Ángel Espino contribuyó a esta narrativa. Hubo también literatura de nuestro país que difundió ideas socialistas que contribuyeron a que el país desembocara en la guerra civil

Empatía es la capacidad de comprender subjetividades ajenas, entender que esas subjetividades ajenas son similares a las nuestras, que tienen capacidad para sufrir y sentir placer. La capacidad de sentir empatía forma parte de nuestra biología, pero es limitada. La tendencia biológica es a, sentir empatía por las personas con las que se tiene vínculos de sangre y otras no sanguíneas con las que se tiene una relación personal o cercana.

Por eso es que a través de los siglos, las diferentes narrativas intentaban expandir el círculo de empatía hacia más y más personas no sanguíneas. Una de esas narrativas es el cristianismo.

La sociedad occidental actual se sostiene en la narrativa de los derechos humanos. La ampliación del círculo de empatía contribuyó al surgimiento y desarrollo de los derechos humanos. La literatura jugó un papel fundamental en la ampliación de la empatía. Lynn Hunnt en su libro ‘’La invención de los derechos humanos’’, nos dice que, obras literarias como ‘’Pamela o la virtud recompensada’’ y ‘’Clarissa’’ de Samuel Richarsond, y ‘’La nueva Eloísa“ de Rosseau, fueron unas de las muchas obras literarias que contribuyeron a la expansión del circulo de empatía necesario para el surgimiento y desarrollo de los derechos humanos.

Desde la literatura se incitó a las personas a sentir empatía por tipos de personas que hasta ese momento no era la regla general sentir empatía por ellas. Por ejemplo, se sintió mayor empatía por los soldados y civiles en tiempos de guerra. En vez de ver la guerra como algo épico y glorioso, se le ve y analiza desde las experiencias del soldado corriente y los civiles corrientes, donde se comunica la idea de que la guerra causa un grave sufrimiento humano.

La literatura tuvo mucho que ver en la expansión de la narrativa de los derechos humanos. La novela epistolar tuvo un notable protagonismo.

La literatura es un vehículo para comunicar ideas, sentimientos y emociones, por eso es un vehículo eficaz para transmitir narrativas o mitos que sostengan a una sociedad. En la modernidad, obras literarias incitaron la expansión de la empatía, lo que produjo que tomara fuerza la idea de derechos humanos. La idea de que todos los humanos tenemos la capacidad de sufrir y de sentir placer, de que todos los seres humanos tenemos una misma naturaleza que nos hace ser poseedores de los mismos derechos innatos.

La empatía también tiene su lado oscuro, por la misma tendencia biológica que hace que la empatía sea selectiva, las personas no tienen empatía por el mismo perfil de personas. La empatía de las personas tomara diferentes direcciones según sus creencias morales, sociales y políticas. Esto provoca graves conflictos. La literatura debe contribuir a construir una nueva narrativa que nos permita construir una empatía más racional.

¡Hola! Nos gustaría seguirle informando

Regístrese para recibir lo último en noticias, a través de su correo electrónico.

Puedes cancelar tu suscripción en cualquier momento.

Mario Mejía
Mario Mejía
Artista salvadoreño y columnista de ContraPunto.

El contenido de este artículo no refleja necesariamente la postura de ContraPunto. Es la opinión exclusiva de su autor.

spot_img

También te puede interesar

spot_img

Últimas noticias