No has escuchado que muchas personas sobre todo los baby boomers le dicen a los millenials que antes los productos, objetos, duraban más que los de hoy en día, pues los de ahora están hechos de plástico desechable. Antes una refrigeradora te duraba 25 años (de aquella que hacía escarcha) ahora con costo y te dura 5 años. Antes un buen ventilador japonés te duraba 15 años, ahora un ventilador “made in” China no te dura pero ¡ni 6 meses! Eso se llama obsolescencia planificada y programada, es prácticamente una conspiración entre: fabricantes, diseñadores y mercadólogos para que el producto que les compres caduque en un tiempo programado y les vuelvas a comprar otro. Creando en ti y en muchos fidelización y adicción, para que compres una y otra vez. Un ejemplo de eso: Las barras de desodorantes.
El fabricante no piensa en calidad, sino en consumo masivo que se traduce en beneficios económicos, a #Rexona que es marca de #Unilever no le conviene una marca de desodorante que le dure al consumidor 1 año! , perderían. Entonces recurren a sus mercadólogos y a la obsolescencia programada para crear productos más baratos y que duren al menos un mes. Un teléfono celular promedio te puede durar 5 años de las mejores marcas: Samsung, LG, Apple, etc. A excepción del celular #Nokia 3310, etiquetado como indestructible y que se vendieron más de 126 millones en todo el mundo y que algunos sirven en la actualidad.
La industria japonesa se ha caracterizado por alejarse de la obsolescencia programada y apostarle a la calidad. La reputación de las marcas japonesas es apreciada por los consumidores en todo el mundo: desde las plumas y lapiceros #Artline hechos en Nagoya, Japón, hasta las marcas electrónicas: Sony, Panasonic de Osaka Japón, Toshiba, Sanyo, etc. Las marcas de carros: Toyota, Mitsubishi, Subaru y Daihatsu. A diferencia de los chinos que le apuestan a la obsolescencia planificada y la desechabilidad. La obsolescencia programada es enemiga del medio ambiente, hace que la gente consuma y deseche más sin ninguna responsabilidad del fabricante y el distribuidor, eso es una carga nociva para el océano, ríos, lagos y bosques.
El puro capricho de los mercadólogos y fabricantes de hacer que consumamos más y botemos más basura. Por eso los chinos son castigados con el paradigma de la mala calidad, algunos de sus productos, son muy malos, contamina y ocupan plomo, que es un material que atenta contra la salud humana.
Para combatir la obsolescencia programada que causa la desechabilidad debemos exigir calidad en los productos que consumimos y si estamos comprometidos con el tema ambiental debemos ser consecuentes. Un empresario no crea una empresa para perder (económicamente) pero tampoco es un pretexto para destruir el medio ambiente, eso lo convertiría en un mal empresario.
Las empresas deben asumir un compromiso paralelo con su entorno según sus ganancias y apostarle a la mejor calidad de vida posible.