Una opinión derivada del asesinato de Samuel Rivera, camarógrafo del grupo Megavisión, a manos de supuestos miembros de pandillas en una colonia de Ilopango, al oriente de San Salvador, el 16 de noviembre de 2017.
Se suma a la lista de 17 trabajadores o colaboradores de medios de comunicación fallecidos en el conflicto armado y los 13 tras la firma de la paz en 1992; en ese entonces, Samuel Rivas apenas rondaba los tres años.
En la mayoría de casos no hay resultados, lo que configura un patrón de impunidad de los crímenes contra periodistas.
Periodistas de diferentes medios de comunicación pusieron su equipo en el suelo durante un homenaje a Samuel Rivas, del grupo Megavisión, asesinado el 16 de noviembre.Foto de Vladimir Chicas.
Instancias como la Relatoría de Libertad de Expresión de la OEA han establecido claramente que en los casos de violencia contra periodistas y otras personas en razón del ejercicio de la libertad de expresión, los Estados deben trabajar por cumplir obligaciones derivadas de los derechos a la vida, integridad personal y a la libertad de expresión:
Prevenir, proteger e investigar, juzgar y sancionar penalmente a los responsables de estos crímenes.
Estas obligaciones de todo Estado (no gobierno), también los órganos responsables ““ como la Fiscalía General y la Policía Nacional Civil- son plasmados en documentos como el Plan de Acción de las Naciones Unidas sobre la Seguridad de los Periodistas y la Cuestión de la Impunidad.
Concretamente prevé que “la promoción de la seguridad de los periodistas y la lucha contra la impunidad no deben limitarse a adoptar medidas después de que hayan ocurrido los hechos. Por el contrario, se necesitan mecanismos de prevención y medidas para resolver algunas de las causas profundas de la violencia contra los periodistas y de la impunidad”.
¿Cuál es la importancia de combatir la impunidad de actos contra periodistas o trabajadores de medios de comunicación? Va más allá de lo que algunos creen es exigir privilegios para un sector, en un país como El Salvador, en el que todo aquél que no cuenta con custodia personal está expuesto a ser víctima de la violencia.
Se trata de que la falta de investigación, persecución, captura, enjuiciamiento y condena (un concepto muy claro de impunidad) fomenta la repetición en forma crónica de violaciones de derechos humanos que deja a las víctimas y a sus familiares, indefensos.
Además, la Corte Interamericana de Derechos Humanos ha dicho que la falta de cumplimiento de la obligación de investigar hechos de violencia contra un o una periodista implica, adicionalmente, un incumplimiento de las obligaciones de respetar y garantizar el derecho a la libertad de pensamiento y de expresión.
Un recordatorio de las obligaciones de los Estados con los crímenes contra periodistas, también extensivo a todo asesinato. Ninguno debe ser impune.