La idea de que los partidos políticos tradicionales no representaban las aspiraciones e ideales de la juventud, nació en el país en la década de los veinte del siglo pasado; los partidos hicieron el esfuerzo para incluir en sus plataformas electorales algunas de las necesidades sentidas de la juventud; los campesinos y los obreros también quisieron hacer valer sus reivindicaciones mediante la organización y lucha contra el sistema económico, culminando con el levantamiento campesino de 1932.
La dictadura militar impidió durante los quince años siguientes que se expresaran las inquietudes de los grupos dominados. Al interior de la Fuerza Armada, varios oficiales jóvenes estaban insatisfechos por la forma en que se gobernaba el país, la mayoría fueron objeto de la represión militar. En el año 1949, un grupo de militares jóvenes tuvo éxito en su insurrección y destruyeron la antigua dirigencia militar, abriendo grandes posibilidades para el desarrollo político, económico, social y cultural; se aprobó una nueva constitución política de acuerdo a las necesidades del país y con un gran alcance; las buenas intenciones se expresaron en mejoras en el sistema político, la industrialización, la legislación laboral, la salud, la educación y la cultura.
Otros sectores de la población vieron que la insurrección militar pretendía cimentar un nuevo modelo de desarrollo capitalista dirigido por la oligarquía cafetalera, que las aspiraciones de los grandes grupos poblacionales pretendían neutralizarse con políticas reformistas impulsadas por un Estado de Bienestar, manteniendo un sistema de sobreexplotación de los trabajadores, El partido comunista y organizaciones obreras se negaron a dar su apoyo a los militares, recibiendo una fuerte represión; la crisis económica de finales de los años cincuenta y el fortalecimiento de la represión contra el movimiento estudiantil universitario y la Universidad de El Salvador culminó en una nueva insurrección de militares jóvenes, que establecen un gobierno de pocos meses de duración dirigido por profesionales que representaban las aspiraciones de los jóvenes, obreros y campesinos. La antigua dirigencia militar, logra ganarse la confianza de militares jóvenes y establecen un régimen político que reinstala la dictadura militar y nuevamente neutralizar las aspiraciones sentidas por los jóvenes, obreros y campesinos; estos sectores realizan una fuerte lucha electoral contra los militares, dirigidos por el Partido Comunista, el Partido Demócrata Cristiano y el Movimiento Nacional Revolucionario.
En los primeros años de la década de los setenta, fructifican las ideas revolucionarias de los jóvenes de la década de los setenta (revolución cubana, luchas estudiantiles en Francia, etc.), en la forma de grupos revolucionarios que impulsan la lucha armada, que junto a la lucha electoral impulsada por el Partido Comunista y organizaciones democráticas organizadas por jóvenes en la década del setenta (Partido Demócrata Cristiano y Movimiento Nacional Revolucionario) logran que entre en crisis la hegemonía de los sectores fascistas de la fuerza armada, provocando la insurrección de dos grupos de militares jóvenes, uno proclive a realizar una alianza con los grupos revolucionarios y otro que era enemigo de estos grupos. Se estableció una primera Junta Revolucionaria de Gobierno (integrada por los dos grupos de militares y las organizaciones democrático revolucionarias) que sólo duró aproximadamente dos meses y medio, la cual finalizó cuando los militantes del Partido Comunista, Movimiento Nacional Revolucionario y de la Juventud del Partido Demócrata Cristiano renunciaron a participar como funcionarios de esa Junta y se integraron a la lucha democrática revolucionaria, junto a las organizaciones revolucionarias armadas.
La guerra civil fue el producto de la lucha de las organizaciones revolucionarias armadas contra la dictadura de la Fuerza Armada Gubernamental, apoyada por el gobierno de los EE.UU. Las organizaciones revolucionarias se nutrieron de jóvenes que luchaban por las aspiraciones compartidas con los obreros y campesinos.
Los acuerdos de Paz eliminaron la dictadura militar y abrieron un camino democrático para el país; pero no dejó complacidos a los jóvenes, mujeres, obreros y campesinos. Las mujeres fueron las primeras en iniciar una lucha independiente por sus aspiraciones de autonomía y equidad; la lucha de los obreros y campesinos decayó como resultado de las políticas neoliberales implantadas por los empresarios en las empresas y el Estado. La lucha de los jóvenes apenas está comenzando, se expresó inicialmente al interior de los partidos políticos mayoritarios (ARENA, FMLN), en la actualidad se expresa con gran fuerza en el movimiento Nuevas Ideas.