Sobre la colorida traición histórica de la izquierda rosa y la derecha lila.
Gracias a la puesta en escena de la selectiva “lucha contra la corrupción” por el quinteto Embajada-CACIF-CICIG-MP-medios masivos, y de la manipulación de la alegre indignación placera sabatina del 2015, el fin de semana pasado los presidentes de los países del Triángulo Norte de Centroamérica fueron a Miami a recibir capacitación para administrar el caos que producirá el Plan Alianza para la Prosperidad con su deportación masiva de “ilegales”, su militarización anti-migratoria de fronteras en Honduras, El Salvador, Guatemala y México, y con su “plan de desarrollo” consistente en más mineras, cementeras, hidroeléctricas y palma africana.
Mientras tanto, la resaca de la “revolución de colores” placera, es decir, la izquierda rosada (integrada por URNG, Winak, Semilla, UNE y “colectivos” dizque radicales pero financiados por la cooperación internacional), así como la derecha lila (compuesta por SOMOS y demás profesionales de la indignación placera con nombres que acaban en “ya”, aliados con el CACIF y los marro-neoliberales), se ofrecen impúdicamente para administrar este Plan desde el gobierno, a la vez que protestan contra el “Estado corrupto” y ocupan plazas fantasma en el Ministerio de Salud y otras dependencias públicas, y viven de contratos con el Estado y también del dinero sangriento de la Fundación Soros, la National Endownment for Democracy (NED), el Instituto Holandés para la Democracia Multipartidaria (NIMD) y otras agencias de financiamiento del capital transnacional, que es el mismo que impulsa, mediante la oligarquía, las mineras y su contaminación por cianuro, las cementeras y su depredación de la orografía nacional, las hidroeléctricas y su desviación de ríos, y la palma africana con su envenenamiento del entorno y el impedimento al campesinado para desarrollar una agricultura de autosuficiencia alimentaria interna.
El caos que creará la mayor deportación masiva de “ilegales”, el atajamiento fronterizo de los emigrantes desesperados por el desempleo, la conflictividad social que creará la intensificación del extractivismo transnacional y la narcoguerra que provocará la toma del control del trasiego en el Triángulo Norte por Estados Unidos, llevará al área a un caótico conflicto armado que será la excusa para ser intervenida por Cascos Azules bajo la lógica de que se trata de Estados canallas, colapsados y fallidos, como Haití, y así acabarán con nuestros países como posibles naciones democráticas y soberanas, convirtiéndolas en viles protectorados.
A esto se están prestando los corruptos vendepatrias de la izquierda rosa y la derecha lila, con lo que perpetran una traición histórica contra el interés nacional, tal y como lo hicieron quienes abandonaron a Arbenz en 1954 y los que claudicaron con la firma de la paz en 1996, pactando fracasar como partido político, para acabar como oenegeros políticamente correctos.
La traición de la izquierda rosa y la derecha lila se expresa en la retórica biempensante de la mal llamada “sociedad civil”: un conjunto de oenegés y “colectivos” cuyos dueños dicen luchar por el interés popular pero acatan las agendas contrainsurgentes de los países donantes y sólo solucionan su problema económico familiar. Su hipocresía y la de sus aliados de derecha es lo que tiene que indignarnos y no lo que ellos llaman indignante. Estos vendepatrias responderán más temprano que tarde al juicio de la historia. Y ésta no los absolverá.