martes, 16 abril 2024
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Justicia para los jesuitas asesinados en El Salvador

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Los EE.UU. debe recomendar que El Salvador, o bien los procese, o bien los extradite a España. Se debe poner fin a la impunidad para todos quienes ordenaron atrocidades

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La Audiencia Nacional de España acaba de condenar al ex Vice Ministro de Defensa de El Salvador, el Coronel Inocente Montano, por el asesinato de padres Jesuitas. Es motivo de celebrarse – y de insistir en la plena justicia.

Durante la guerra civil en 1989, el Coronel Montano fue uno de cinco altos mandos militares quienes pactaron el asesinato del Padre Jesuita, Ignacio Ellacuría, conocido promotor de la paz.

En presencia de Montano, se dio la orden de asesinar al Padre, sin dejar testigos. Esa misma noche, decenas de soldados despertó a los sacerdotes en la residencia Jesuita de la Universidad de Centroamérica, y los ejecutó a balazos. También mataron a la cocinera y su hija menor.

Bajo presión del Congreso de los EE.UU, que les había financiado la guerra, los militares montaron un juicio fraudulento. Ningún alto oficial fue acusado. Los soldados sí fueron acusados, pero absueltos. Sólo dos oficiales menores – entre ellos el Teniente René Mendoza – fueron condenados.

No era creíble que esos dos oficiales tomaron la decisión de iniciar un escándalo internacional. Muchos creían que las ordenes venían desde la cumbre.

Poco después, se pactó la paz en El Salvador. El gobierno y la guerrilla acordaron crear una Comisión de la Verdad de las Naciones Unidas para investigar las violaciones de los derechos humanos en la guerra. Con nuevas pruebas – incluso la confesión del Teniente Mendoza – la Comisión concluyó que las ordenes se dieron en la reunión de los cinco oficiales, entre ellos Montano. Sin embargo, El Salvador amnistió a todos los responsables. Afortunadamente, la puerta a la justicia quedó abierta, porque cinco de los padres eran originarios de España y guardaban ciudadanía doble.

En 2008, particulares iniciaron demandas penales en España. España solicitó la extradición de los militares acusados.

La Corte Suprema de El Salvador la denegó.

Mientras tanto, Montano emigró a los EE.UU. Pero en su formulario de inmigración, mintió que nunca era militar salvadoreño. Se le acusó de fraude. Fue condenado y encarcelado. En 2017, a solicitud de España, los EE.UU. le extraditó a España.

Este año se celebró el juicio oral. El testigo principal fue el Teniente Mendoza. Otros testigos y peritos comparecieron. Se recibió el informe de la Comisión de Verdad.

Este mes la Audiencia Nacional condenó a Montano por el homicidio terrorista de los cinco sacerdotes. Le penó con 133 años de prisión.

Una medida ejemplar de la justicia se logró. Sin embargo, otros ex altos oficiales quedan impunes. Los EE.UU. debe recomendar que El Salvador, o bien los procese, o bien los extradite a España. Se debe poner fin a la impunidad para todos quienes ordenaron atrocidades.

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Doug Cassel
Doug Cassel
Profesor Emeritus de Notre Dame Law School

El contenido de este artículo no refleja necesariamente la postura de ContraPunto. Es la opinión exclusiva de su autor.

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