Cuando el poeta Oswaldo Escobar Velado escribió su excepcional poema “Patria Exacta”, a finales de la década de 1950, El Salvador padecía las dolencias sociales de siempre: marginación, corrupción, pobreza, represión, abuso de poder…, ocasionados por el sistema autoritario de siempre. Y Escobar Velado lo sintetizaba en un fragmento de su poema: “…Digan que somos lo que somos:/ un pueblo doloroso/ un pueblo analfabeto/desnutrido y sin embargo fuerte/ porque otro pueblo ya se habría muerto…”,
Y aquella “Patria Exacta” del poeta sigue igual -o peor- que siempre. Más de 60 años después -aunque con apreciadas excepciones por significativos logros- aquel esquema social y político subsiste y, en algunos aspectos, hasta ampliado con creces, lo cual genera mayor incertidumbre y desesperanza en la población. Basta echar un vistazo al pasado reciente, para develar y dejar muy claro que los funcionarios de gobierno -con las apreciables, por mínimas, excepciones- anteponen el interés personal, a los sagrados intereses y necesidades de la honrada y laboriosa población salvadoreña. Estamos mal…
Puntualmente, el aquí y ahora del país es cuestionado. Un suculento “arroz con mango” político, que -quizás como nunca- descarna la ambición de poder partidario o de grupo, en perjuicio de la estabilidad jurídica y la tranquilidad social. Todo un enredo socio-político-cultural, motivado por el inocultable interés de los políticos por seguir agenciándose cuotas de poder.
El incumplimiento de los plazos en la Asamblea Legislativa, al no elegir a tiempo a los magistrados a la Corte Suprema de Justicia (CSJ), no es un hecho simple como quieren mostrarlo algunos diputados, analistas y dómines del Derecho. Es inconstitucional. La trillada explicación de los diputados sobre que no importa el plazo incumplido si un día “elegimos a los más idóneos”, no se la creen ni ellos mismos, y el pueblo honrado menos. Es el forcejeo por cuotas de poder. “Me das, te doy”, un antipopular toma y daca. Estamos mal…
Ningún tipo de interés y menos partidario -nunca he pertenecido a partido político alguno- ha movido mi ejercicio periodístico durante casi 6 décadas. a defender o atacar injustamente a personas, funcionarios, líderes, movimientos sociales o partidos políticos, Y ahora, menos. Pero también, nunca antes me tocó cubrir una alianza tan orquestada y “multi-ideólogica”, contra un movimiento pro formación de un partido político, con evidente rechazo para que no logre su objetivo. Independientemente de si es bueno o no el Movimiento Nuevas Ideas, es menos bueno el accionar “conjunto” del bloque descalificador de dirigentes políticos, analistas, medios de comunicación, presentadores de TV y otros poderes fácticos, en un afán desesperado por evitar su avance “a como dé lugar”. He visto nacer y morir movimientos populares y partidos políticos, y nadie dijo nada. Nunca vi tanto temor y escándalo contra ninguno, como el de este bloque “multi-ideológico” y solidario en su evidente temor. Estamos mal…
“Y a eso amigo se le llama Democracia/ y se le canta un himno y hablamos de ella como cosa suave…” parafraseando al poeta Escobar Velado, quien de seguro lamentaría este “Dolor tremendo”, de su amada Patria. Quizás por eso también, el candidato presidencial del FMLN Hugo Martínez; el Ministro de la Defensa, David Munguía Payés; el Alcalde Municipal de San Marcos, Fidel Fuentes, y otros dirigentes de diversos partidos, se han pronunciado en contra de toda acción anti democrática, como esa de oponerse, de manera sistemática, a la participación política a la que tiene derecho todo ciudadano…
Esta realidad, sin embargo, no es privativa de El Salvador. Lo ideal sería que no ocurriera, ni aquí ni en otro país. En todo caso, quizás un día los salvadoreños, con valentía y estoicismo, dirán hasta aquí a las malas actuaciones de quienes -por ignorancia o malicia- hacen mofa de la dignidad e inteligencia de los salvadoreños, anteponiendo sus propios intereses a los sagrados intereses del país. Como diría el poeta Escobar Velado: “Esta es la realidad. ¡Yo no la callo aunque me cueste el alma!”.