El vicepresidente Jafeth Cabrera admitió que no hay albergues para los migrantes salvadoreños y hondureños que lleguen al país mientras esperan una respuesta de Estados Unidos sobre su solicitud de asilo.
“No hay albergues previstos para este tipo de actividad sino que al contrario ellos tienen libertad de plena locomoción como lo establecen los reglamentos” del CA-04, dijo el vicemandatario a las preguntas de los periodistas después de participar en una reunión del Gabinete Específico de Desarrollo.
Llama la atención las declaraciones del vicepresidente, pues no explican dónde estarán los migrantes salvadoreños y hondureños mientras esperan su resolución, aunque sí indicó que facilitarán el regreso de aquellas familias que quieran esperar el fallo en sus países porque se sienten “más cómodas”.
Estados Unidos y Guatemala firmaron el pasado 26 de julio un convenio de cooperación de asilo que obliga a los migrantes que atraviesan el país centroamericano, según el Gobierno estadounidense solo salvadoreños y hondureños, a pedir asilo en Guatemala en vez de en territorio estadounidense.
Este acuerdo, que ha generado controversia porque diversos sectores consideran que Guatemala no tiene la capacidad para asumir los retos, es todavía desconocido y de su entrada en vigor dependen otros documentos firmados por ambos Gobiernos, como una ampliación de visas temporales para trabajadores agrícolas guatemaltecos en suelo estadounidense.
El Gobierno de Donald Trump, que había amenazado con sanciones económicas a Guatemala si no ratificaba este convenio migratorio, ha asegurado que se implementaría en cooperación con la Agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) para tramitar el proceso de personas que busquen asilo político bajo las normas internacionales de la convención de refugiados.
Supuestamente sería esta entidad la que gestione los fondos que Estados Unidos aporte al proyecto -al menos unos 30 millones de dólares- pues según el presidente Jimmy Morales el Gobierno de Guatemala no dará dinero para su puesta en marcha.
La puesta en marcha aún está en duda, pues el Ministerio de Interior continúa analizando si el convenio debe ser o no ratificado por el Congreso y con base en ello negó que se esperen ya vuelos de migrantes, como lo vaticinó el diario The Washington Post.