El extitular de la Procuraduría para la Defensa de Derechos Humanos (PDDH), David Morales, dijo que el Gobierno y la Fuerza Armada deben poner a disposición archivos militares e información de utilidad que ayude con el proceso judicial en contra de militares y coroneles acusados de comandar la masacre de El Mozote en 1981.
Morales, exquerellante particular en el caso, exhortó también a la Fiscalía General de la República (FGR) a jugar un papel más activo en el proceso judicial a fin de obtener las pruebas suficientes que incriminan a los imputados en una de las peores masacres ocurridas a inicios del conflicto armado.
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“Esperamos que los mandos actuales de la Fuerza Armada y el propio Gobierno cambien su posición en no colaborar en proporcionar los archivos militares, que hasta ahora, han sostenido bajo una supuesta tesis de destrucción”, manifestó el querellante.
Luego de la abolición de la Ley de Amnistía, el caso de la masacre se pudo reabrir y 18 militares fueron citados los días 29 y 30 de marzo al Juzgado de Primera Instancia de San Francisco Gotera, Morazán. Allí, en una audiencia especial de intimación, se les dio a conocer cuáles son los delitos por los que se les inculpa.
Los veteranos son acusados de asesinato, violación agravada, privación de libertad agravada, violación de morada, robo, daños agravados estragos especiales, actos de terrorismo y actos propositivos. Todos estos cargos serán juzgados de acuerdo al Código Penal vigente, según el Juzgado.
Morales afirma que en la etapa del proceso judicial también desfilarán pruebas testimoniales de sobrevivientes de la masacre, lo cual es clave para la acusación de los imputados.
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“Esperamos la incorporación de la prueba testimonial que es muy abundante en el caso. En el pasado los sobrevivientes no tuvieron una oportunidad real de dar a conocer sus testimonios. Esperamos que eso se facilite y no se bloquee por el sistema de justicia”, dijo el exprocurador.
En los 12 años de guerra civil murieron casi 75 mil personas; 8 mil quedaron desaparecidas, y un millón buscó refugio en el extranjero, principalmente en Estados Unidos.