Tres días después de que la Fiscalía General de la República (FGR) destapara el escándalo de corrupción del primer gobierno de izquierda en El Salvador, el FMLN y su segundo gobierno, parecen tomar distancia y alejarse de la polémica, en vista de encontrarse a ocho meses de las elecciones presidenciales a las que les apuestan ganar, siendo tercer lugar de preferencias en las encuestas de opinión.
El gobierno de Salvador Sánchez Cerén ““quien fue vicepresidente en el señalado gobierno Funes 2009-2014- ha sido el primero en distanciarse del caso, afirmando que no tolerarán la corrupción “venga de donde venga”, y enfatizando su colaboración con las investigaciones fiscales en este caso en el que a su antecesor, Mauricio Funes, se le acusa de crear una trama en la Presidencia para desfalcar y blanquear más de $351 millones de dólares.
“Como gobierno, rechazamos cualquier acto de corrupción, venga de donde venga, y apoyaremos todas las acciones necesarias para la defensa de los recursos públicos. No vamos a tolerar a quienes hayan traicionado la confianza del pueblo salvadoreño”, reza el comunicado oficial emitido por el gobierno salvadoreño.
El gobierno del FMLN, subraya también que no defiende ni condena a nadie, y pide no sacar raja política del caso.
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Más tarde, fue el partido FMLN quien emitió un comunicado en el que de manera somera, repiten el discurso gubernamental de intolerancia a la corrupción.
“En el caso de Funes, esperamos que el fiscal general presente las pruebas correspondientes ante los organismos judiciales pertinentes, y que la justicia opere con independencia y sin interferencia de intereses políticos”, expresa el partido.
Además del expresidente, también está acusada su exesposa y exprimera Dama, Vanda Pignato, señalada de participar en delito de lavado de dinero y de beneficiarse de los fondos públicos presuntamente saqueados de Casa Presidencial.
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La postura tanto del gobierno, como del FMLN encuentra su convergencia en lo dicho por el secretario de Gobernabilidad y de Comunicaciones de la Presidencia, Roberto Lorenzana, en una entrevista publicada por el periódico El Faro el 30 de abril pasado, en el que claramente enfatizó que no les conviene defender a Mauricio Funes.
“Me siento insatisfecho… quizá no es la mejor palabra… me siento incómodo, vaya, voy a usar una palabra diplomática, con que él esté hablando, dando recomendaciones al gobierno (“¦) no estoy de acuerdo con que se le defienda”, dijo Lorenzana, quien es también uno de los dirigentes más influyentes del FMLN.
Las posturas del Gobierno y del FMLN no son casualidad, teniendo en cuenta que en ocho meses hay elecciones presidenciales y un par de meses antes inicia la campaña electoral en el que el FMLN y su candidato presidencial, Hugo Martínez, están relegados en el tercer lugar según recientes encuestas de opinión, muy por debajo de ARENA y el partido en formación, Nuevas Ideas.