La XL Convención Nacional Ordinaria del FMLN se desarrolló a puertas cerradas en las instalaciones del Centro de Estudios de El Salvador, en la colonia Harrison, San Salvador, lo que se deja a interpretar que hay una considerable tensión del debilitado partido de izquierda.
La convención de este año lleva por nombre “un nuevo compromiso con el país y el futuro”, y plantea además un acto de protesta contra lo que el partido de izquierda considera «persecución política”, luego que varios de sus exfuncionarios de gobierno se encuentran presos por presuntos delitos de corrupción.
Si bien las autoridades partidarias negaron el acceso a la prensa, la convención puede seguirse en las redes oficiales del FMLN. Los participantes han reiterado que el partido “se encuentra fuerte y unido”.
El secretario general, Óscar Ortiz, afirmó que a partir del próximo año se abrirá el padrón elector.
“En todos los procesos políticos hay momentos donde se tiene la posibilidad de contar con el mayor respaldo y la mayor confianza. Nosotros agradecemos al pueblo salvadoreño el habernos acompañado desde 1992 en distintos momentos políticos: para representarlos en las alcaldías, para representarlos en el parlamento salvadoreño, para representarlos 10 años en un gobierno que tuvo sus dinámicas y sus propias particularidades”, aseguró Ortíz.
El dirigente asegura reconocer que en los gobiernos pasados hubo hechos que “no necesariamente se hicieron como la gente esperaba”, pero espera que en los próximos meses o años el partido logre “reconectar el nivel de percepción positiva entre los salvadoreños”.
“Solo el que no toma decisiones, solo el que no lucha, solo el que no arriesga no comete errores. Nosotros desmontamos la dictadura, desmontamos el estado autoritario. (…) Se abrieron los espacios y las dinámicas en el país. Claro, la gente hoy tiene más expectativas de las que tenía hace 10 años, hace 5 años, y queremos volver a reconectar con esas expectativas. Ese es el reto que tiene la izquierda ahora”, acotó.
Desde 2019, el FMLN arrastra un declive electoral y de imagen del que no ha podido recuperarse. Las elecciones legislativas y municipales de 2015 y 2018 definieron el inicio de ese declive, y la derrota presidencial de 2019, que le dio solo el 14 % de los votos, terminó por constatarlo.
Nunca el FMLN había tenido menor simpatía que ahora. En 1994, cuando participó por primera vez como partido político los votos ganados fueron del 25 %.
Desde adentro del instituto políticos, muy pocos dirigentes hacen críticas a las administraciones pasadas. Tras las declaraciones de Schafick Handal hijo, quien asegura, al igual que el gobierno de Bukele, que Estados Unidos financia las marchas en contra del gobierno, el FMLN salió al paso a advertir que esa no es una postura del partido. Y en la Convención aseguró que cada lunes, a partir de enero, el partido de izquierda sentará posturas sobre los acontecimientos nacionales a modo de que los exmilitantes y los actuales, no hablen en nombre del partido.
“Respetamos a todos aquellos militantes históricos del FMLN, respetamos a todos aquellos dirigentes del partido. Ellos pueden decir lo que ellos consideren, pero eso no es la posición del partido. La posición oficial del partido la representamos nosotros”, dijo, al lado de Karina Sosa, exdiputada.
Dos expresidentes perseguidos por la justicia siguen en Nicaragua
La actividad se desarrolló sin la presencia de Mauricio Funes y Salvador Sánchez Cerén, los dos políticos que el partido de izquierda logró poner en la presidencia de la República.
Ambos decidieron por adquirir la nacionalidad nicaragüense, para evitar que la justicia salvadoreña los alcanzara por señalamientos de peculado.
Los salvadoreños fueron auxiliados por el izquierdista nicaragüense, Daniel Ortega, que en tramite exprés les concedió la nacionalidad.
