En una reciente visita del Congresista demócrata James McGovern a El Salvador para pedirle al Gobierno que ayude a esclarecer miles de casos de desapariciones durante la guerra, el funcionario dijo atinadamente que la Universidad Centroamericana (UCA) es la conciencia de El Salvador.
De forma obligatoria también observé a la Universidad de El Salvador y ¡Vaya sorpresa la que me llevé!
En la Universidad de El Salvador se rebalsan las excretas de los sanitarios, la biblioteca está olvidada y obsoleta, la investigación científica es marginal, las publicaciones académicas son pobres, la infraestructura deplorable, las zonas verdes del campus y los edificios son un chiquero.
En la “Nacional” los artistas pintarrajean las paredes con iconos revolucionarios con una estética desnutrida, el pensamiento está secuestrado por asociaciones, sindicatos y dirigentes trasnochados.
Únicamente se lamentan del poco presupuesto que reciben, más de 70 millones de dólares.
Los estudiantes rinden homenajes a sus mártires del 30 de julio quemando figuras de tanquetas y con el grito "esta es la Ú, esta es la Ú", como si ello hiciera la diferencia en cambiar la realidad; los jóvenes están más interesados en la posición de los Pumas en la Liga Mayor que de hacer planteamientos teóricos sensatos.
Se sientan a llorar porque la dictadura militar que destrozó el Alma Mater y, es válido hacerlo, pero ¿será posible que ésta gente no se ha dado cuenta que los militares volvieron a la calle, que fue un Gobierno de izquierda quién los ha fortalecido, que han vuelto a violar los derechos humanos, que están traficando armas, entre otras cosas?
En lugar de quemar tanquetas, contaminar el aire y hacer desfiles bufos que ya a nadie le atraen, deberían de pedirle al Gobierno que abra los expedientes militares para esclarecer la desaparición y muerte de estudiantes y docentes. ¿O ya se los habrá olvidado?
También deberían de exigirle a la actual Comandancia de la Fuerza Armada pedir perdón por las intervenciones al campus, por la quema de libros, por las atrocidades que hicieron contra la principal casa de conocimiento del país. Deberían pedir con insistencia justicia, verdad y reparación. ¿O tienen miedo?
Si se supone que vivimos en democracia, es hora de que en la Universidad ejerzan su libertad de expresión, su libertad de investigación, su libertad intelectual, su autonomía académica…
Pero ya lo dijo Horacio Castellanos Moya en El Asco (1997, Editorial Arcoíris) palabras más, palabras menos, “La Universidad de El Salvador parece un campo de refugiados”.
Feliz 176 Aniversario a toda la dormida comunidad universitaria, haber cuando deciden salir del sarcófago y darle un verdadero brillo a la diosa Minerva.
“¿Huiréis así a vuestras casas, a la tierra patria, embarcados en las naves de muchos bancos, y dejaréis como trofeo a Príamo y a los troyanos la argiva Helena, por la cual tantos aqueos perecieron en Troya, lejos de su patria?”, le reprocha Atenea (Minerva) a Ulises, en la Ilíada, de Homero.
¿Será que en la Universidad de El Salvador dejarán abandonada a la libertad y la cultura? Eso está por verse.