Día a día las diferentes expresiones de violencia contra la mujer en El Salvador siguen presentes en toda la sociedad, no importando el nivel académico y estatus económico del agresor. Constituye una clara violación a los derechos humanos, y es universal como transversal.
Algunos de estos casos llegan a ser tan llenos de odio, crueldad y máxima violencia que llegan a cubrir agenda mediática; si se logra la captura la atención de los medios finaliza con la audiencia inicial, y donde generalmente el imputado queda en detención provisional esperando la audiencia preliminar en seis meses, y será hasta entonces que algunos medios cubrirán la resolución; incluso surgen frases y los denominados #hashtag como muestras de apoyo, pero hasta allí.
Este uno de los grandes modalidades que refleja la violencia de nuestra sociedad, y que nace en el corazón de la familia por ende de la sociedad
Situaciones que se agravan en nuestro país con el consumo y abuso de alcohol y drogas.
Todo escenario de violencia contra la mujer presenta las denominadas fases o ciclos del espiral del abuso que las podemos resumir en:
• Ciclo uno: se produce la tensión y enojo, estos momentos van en escalada, se destruye la comunicación, y la mujer se considera que es ella la responsable y de “calmar” la situación
• Ciclo dos: explosión o incidente, abuso verbal o emocional, enfado, acusaciones, discusiones con gritos, amenazas, intimidación, descarga incontrolable del enojo, existe mucha ira
• Ciclo tres: reconciliación o luna de miel, el abusador se disculpa, da escusas, le hace creer que todo es por culpa de ella, se muestra cariñoso, dejar de tomar y le brinda regalos, le dice “no puedo vivir sin ti”, se muestra encantador, la amenaza con que se va a matar si lo deja
• Ciclo cuatro: calma, no hay abuso en este momento. Y estará listo para una repetición del ciclo.
En nuestro país ya existe una ley especial integral para una vida libre de violencia contra las mujeres, considero que el reto pendiente del Estado salvadoreño es el poder educar, capacitar, orientar, para que se logren empoderar, para poder denunciar y desde la familia poder trabajar en la identidad y educación de las niñas, para que los colegios y escuelas puedan ser un refuerzo en formación.
El aspecto cultural y religioso no está fuera de esta problemática, ya que las Iglesias debe de existir un grado de conciencia que muchas mujeres acuden a consejería a buscar ayuda, y el “consejero” le recomienda que resista, que no lo puede dejar, que su casamiento es para toda la vida, que se examine por que ha de ser culpa de ella, que lo comprenda, que no denuncie por lo que el mismo consejero la esta re victimizando.
El Estado salvadoreño debe de generar las políticas y protocolos para proteger a la mujer y garantizar redes de apoyo en prevención, tratamiento y restauración.