Wilber Serrano, conocido en la guerra civil (1980-1992) como "Capitán Cesario", falleció el lunes último y este martes enterrado apresuradamente de acuerdo a los protocolos de la actual pandemia, aunque la causa de su muerte fue por una enfermedad natural y crónica que padecía, de acuerdo a fuentes familiares.
Serrano, de unos 60 años de edad, se incorporó a la guerrilla de las Fuerzas Populares de Liberación (FPL) a los 14 años. Fue uno de los fundadores de la guerrilla en su provincia natal, Cabañas y, luego en el norteño Chalatenango.
De origen campesino, tenía un semblante poco común entre los salvadoreños: era alto y rubio, de ojos azules, pudiendo pasar por anglosajón o europeo. Era diestro y experto guerrillero; en lo que sus ex compañeros de armas: "Fue un gran jefe".
En 2007, Cesario renunció al partido político FMLN de la posguerra, y que él mismo impulsó a edificar durante el conflicto armado. Y renunció siendo diputado suplente de la bancada del Farabundo Martí. "Termina mi etapa gloriosa y a la vez dolorosa" en el partido ex guerrillero, dijo a un medio internacional.
“Desde muy joven me incorporé a las luchas populares; de todo ello el FMLN se ha olvidado, siendo su único interés la politiquería, las candidaturas y las cuotas de poder”, apuntaba el recio ex guerrillero. En declaraciones a EL PAÍS (de España), aseguró que “muchos ex combatientes —unidades enteras— y lisiados, nuestros familiares, han sido abandonados y están en el total olvido. Por eso, ahora mi prioridad será, junto a varios líderes de la provincia de Cabañas [su región natal], el bienestar de toda esta gente abandonada. Vamos a crear un movimiento ciudadano que se preocupe por esta gente y no por la politiquería”.
En 2019 el FMLN sufrió la más desastrosa de sus derrotas políticas, en las elecciones legislativas y de alcaldes, primero, y en las presidenciales después, cuando triunfó el novel líder millennial Nayib Bukele, que dice estar lejos de los pleitos ideológicos izquierda-derecha, pero que realmente es con estos sectores su actual y mayor contrariedad y a quienes quiere "aplastar".
Después de aquellas tempranas declaraciones de Cesario (en 2007, hace 14 años) sobre el abandono de las bases ex guerrilleras, de los organismos de masas, de la corrupción e impunidad de algunos de los líderes de la izquierda política, Cesario fue oficialmente declarado "traidor", como la ortodoxia oficialista del FMLN ha llamado históricamente a sus disidentes.
Baste recordar el caso Roque Dalton y la matanza presuntamente tolerada por la dirección del FMLN de centenares de guerrilleros, en casos conocidos como "Mayo Sibrián" (asesinatos y torturas de unos 1.000 guerrilleros en la zona de San Vicente) del que se acusa también al expresidente Salvador Sánchez Cerén, entre otros.
En la guerra los "ajusticiaban" a los disidentes; en la posguerra les anularon de los padrones electorales, para prohibirles elegir y ser elegidos, apuntó en su momento Cesario.
Cesario, con el tiempo, como dice la esquela fúnebre de de Correos de El Salvador, de heroico capitán guerrillero se convirtió en "cartero de la oficina de Ilobasco" -municipio del de Cabañas, en el norcentro de El Salvador. Cartero de oficina es quien reparte las "buenas nuevas" con un gran moral a su espalda, en bicicleta o a pie.
No será el único héroe recordado mientras vivan sus compañeros de "gloria y de dolor"… poco a poco esa generación está siendo vencida por la naturalidad de la muerte.
Pero gente como Cesario no corre en los caminos de la Historia que, como aquellos que lo tildaron un día de "traidor", en la actualidad están siendo no solo señalados sino procesados por asesinos de disidentes, impunes y corruptos.
Además están siento tildados de ser responsables de la derrota estratégica del FMLN partido político y marcando su camino a un posible e insalvable despeñadero histórico, advertido por Cesario hace más de 14 años.