Con una amplia sonrisa, envuelta en abrazos, vítores y con los ojos aún humedecidos por lágrimas, Évelyn Beatriz Hernández Cruz salió de los juzgados con su libertad recuperada.
El juez José Virgilio Jurado determinó que la Fiscalía General de la República (FGR) no comprobó que la joven abandonó a su recién nacido hasta dejarlo morir. Mucho menos pudieron probar que ella había participado en quitarle la vida. Como resultado, absolvió a la joven de los cargos el lunes al mediodía, dos años después de la primera sentencia.
“Gracias a Dios se hizo justicia”, expresó Évelyn Beatriz, al salir del centro judicial de Ciudad Delgado (departamento de San Salvador). “No me canso de darles las gracias porque siempre han estado aquí”, expresó, dirigiéndose a las decenas de activistas que habían acudido a la sede para manifestar su apoyo a la joven de 21 años.
En el lugar también estaba Teodora Vásquez, que pasó 10 años y siete meses en prisión. Ella fue condenada por homicidio agravado en contra de su hija recién nacida, pero se trataba de un caso muy similar: parto extrahospitalario. Teodora pudo salir libre gracias a una conmutación de la pena en febrero de 2018, pero el juez no la absolvió. “Yo tuve que recibirla adentro de la cárcel pero ahora estamos felices de estar las dos, aquí afuera”, dijo Teodora, quien no dejaba de abrazar a Évelyn.
Évelyn Hernández y Teodora Vásquez
Morena Herrera, presidenta de la Agrupación Ciudadana por la Despenalización del Aborto, dijo que “esta resolución muestra la importancia de la acción ciudadana por la justicia y el respeto a los derechos humanos de las mujeres que enfrentan situaciones de vulnerabilidad y criminalización”.
En el transcurso de 10 años, 41 mujeres condenadas por homicidio agravado después de tener emergencias obstétricas han sido liberadas. Pero aún hay 16 que están encarceladas por procesos similares. Vásquez también abogó por ellas en la manifestación.
“No podemos perder de vista que hay más mujeres privadas de libertad por una injusticia”, expresó Bertha Deleón, una de las abogadas de Évelyn. “Sigamos luchando por la libertad de las demás”, agregó Deleón.
Arnau Baulenas, del IDHUCA y también parte del equipo defensor, lamentó que Évelyn haya vivido tanta incertidumbre por un crimen que no se probó. “Abusamos de la detención provisional. Judicializamos casos, muchas veces por convicciones religiosas, muchas veces por tendencias que no deberían entrar nunca en un tribunal de justicia”, comentó Baulenas.
Activistas que estaban afuera del centro judicial de Ciudad Delgado
El caso, en breve
Todo comenzó en abril de 2016 en el cantón El Carmen, Cojutepeque. Évelyn Beatriz, entonces de 19 años, tuvo un parto extrahospitalario en la letrina de su vivienda. Fue un evento grave, porque Évelyn se debilitaba y perdió el conocimiento. El menor de edad aspiró meconio, un evento que ocurre con frecuencia en partos que son difíciles y eso le provocó al niño una infección mortal que le quitó la vida.
En el hospital público al que su familia la llevó, el médico de turno inició el protocolo de investigación por aborto al observar las características de un alumbramiento. Desde entonces comenzó un largo proceso para Évelyn Beatriz: la policía llegó a inspeccionar a su vivienda y una de las agentes alteró la escena del delito. En 2017, la joven fue condenada a 30 años por homicidio agravado en perjuicio del menor de edad, pero las organizaciones defensoras de los derechos humanos promovieron un recurso ante la Sala de lo Penal para revertirlo. En octubre de 2018, los magistrados de la Sala de lo Penal anularon esa sentencia condenatoria. La Cámara Primera de lo Penal aprobó iniciar otro proceso y cambiar de juez.
En el nuevo proceso, la Fiscalía General de la República (FGR) mantuvo su acusación de homicidio agravado contra Évelyn.
La joven pasó 33 meses en la cárcel, hasta que el juez Jurado aprobó que pudiera dar seguimiento en libertad en febrero de 2019.
Durante el transcurso de la nueva causa, la Fiscalía no pudo probar el dolo o intención de Évelyn en quitarle la vida al menor de edad. Como consecuencia, dieron un giro a su posición y ahora el homicidio se explicaba por comisión por omisión, o por no haber hecho nada para salvar al menor de edad (negligencia). Durante la penúltima audiencia, pidieron 40 años de cárcel, 10 años más que la acusación original.
La defensa, en tanto, planteó que Hernández no sabía que estaba esperando un bebé. De hecho, la joven confesó que un pandillero había estado abusando sexualmente de ella y amenazándola. La gestación es producto de esa violación.
El niño, en el proceso de parto, aspiró meconio. Esta es una sustancia equivalente a las primeras heces. Aspirar meconio es una causa natural de muerte en fetos, en especial, cuando los partos son complicados.
Los testigos que desfilaron durante las últimas dos audiencias fortalecieron la tesis del equipo defensor. “Fiscalía no pudo probar los elementos necesarios para decir que ella en ese momento de dar a luz estaba en una posición de garante frente a su hijo”, dijo Teresa Delgado, una de las abogadas del equipo defensor.
En su fallo, el juez Jurado determinó que la Fiscalía no comprobó el delito, ni el dolo, ni la negligencia y que el parto de la joven fue complicado.
La principal vocera de la organización Sí a la Vida, Sara Larín, fue muy crítica con el fallo del juez. Larín considera que Évelyn sí participó en la muerte del menor de edad. En un pronunciamiento de la página web de esa organización, aseguran que el niño murió “después de 12 a 24 horas de haber nacido vivo”. Las heces que aspiró, indican, fueron las de la fosa séptica en la que cayó a la hora del parto. “Según la sentencia, la madre oculta los rastros y entierra la placenta. Por lo tanto al bebé lo tuvieron en un lugar distinto y lo llevaron hacia la fosa séptica”, consigna el artículo.
En la red social Twitter, Larín también aseguró que el juez se dejó llevar por la presión de los activistas y el manejo de la información en los medios de comunicación. Se refirió a “la falta de independencia judicial que se dejó condicionar por los medios y la injerencia de embajadores” pues, en efecto, hubo personal diplomático que también abogó por la causa de Évelyn.
“Todo este tiempo ha sido duro”¦ Me acusaban de algo de lo que soy inocente”, comentó Évelyn a la salida del centro judicial. “Mi futuro es seguir estudiando y sacar mis metas adelante”, concluyó además.