A mediados del pasado Siglo XX, era frecuente oír que al departamento de Morazán se le calificaba, peyorativamente, como la Siberia de El Salvador, en comparación con las heladas e inhóspitas estepas rusas; y todo, gracias al olvido y abandono al que -como ahora y siempre- lo sometían los gobernantes. Injusto calificativo que la población, honesta y laboriosa, rechazaba.
Maestros, militares y hasta sacerdotes de otras zonas del país, se consideraban castigados cuando, por faltas graves o leves, eran trasladados a Morazán.
La Siberia: una nominación ofensiva para sus habitantes, especialmente para los pueblos de la Zona Norte, que, al contrario, son pueblos de un entorno por demás maravilloso. Rumor de mil paisajes agrestes. Correntadas de luna serpenteando en las aguas de los ríos Torola, Sapo y Araute. Olor a brisa nostálgica, desprendida de los pinares fronterizos en leve contacto con el cielo.
La Zona Nororiental no es “solo montes”, como la calificara, absurdamente y con menosprecio, una diputada. Abandono oficial no significa falta de honradez, de pujanza y de laboriosidad de aquellos pueblos. Abandono oficial es desatención y desinterés de los gobernantes… ¡es injusticia!
Tampoco es hoy solo atracción turística, a partir de la ignominiosa masacre de El Mozote. Esa, capítulo aparte, siempre será ofensa, cruel e inhumana, contra los honrados pobladores, no solo del Norte sino de todo Morazán.
Pero, se verán señales repetía el ciudadano del Norte de Morazán, ante el olvido gubernamental.
Y las señales parece que hoy emergen. La construcción de un puente sobre el Río Torola, para unir San Isidro y Cantón Rosario, al norte de Morazán, ordenada por el presidente de la República, Nayib Bukele, a los ministerios de Desarrollo Local y de Obras Públicas (MOP), ha generado especial satisfacción y, de igual manera, ha generado esperanza en poblaciones del Norte de Morazán, ante la urgencia de una revisión al sistema vial de la Zona.
Quien conoce la comunidad Segundo Montes, al norte de Morazán, ha de recordar que en cuanto se pasa su último caserío, en ruta hacia Perquín, hay un desvío hacia la izquierda, que se bifurca unos metros adelante: hacia la derecha, a un kilómetro y medio, está Jocoaitique; y, hacia la izquierda, a 9 kilómetros, Villa El Rosario.
Villa El Rosario y Jocoaitique son dos municipios fraternos, humildes, tranquilos, unidos únicamente por una calle de tierra -si lo sabré yo por los largos recorridos de mis octogenarios pasos- que dificulta el intercambio socio comercial con el resto de poblaciones. Difícil intercambio, con el agravante para Villa El Rosario de ser población terminal de carretera que, por lo mismo, precisa de la construcción y mejoramiento de calles vecinales para unirse con las poblaciones vecinas
Desde hace varias décadas, y ante distintos gobiernos, los habitantes de Villa El Rosario y Jocoaitique, han gestionado la pavimentación del tramo vial Los Quebrachos (j/ de Jocoaitique)-Villa El Rosario (9 Kms), sin que hasta la fecha se haya logrado tal objetivo, ni siquiera una respuesta de los anteriores titulares del Ministerio de Obras Públicas (MOP). Los Quebrachos es también un referente, histórico y emblemático, de la guerra civil salvadoreña.
El 8 de febrero de 2012, cinco profesionales de Villa El Rosario residiendo en la capital: Adrián Chica, Ruddy Orellana, Efraín Chicas, Salvador Chica y Renán Alcides Orellana, con el respaldo de cerca de 500 firmas de vecinos de aquellos sectores, visitamos al Ministro de Obras Públicas, Gerson Martínez, pero no hubo ni siquiera mínimas señales de una respuesta, afirmativa o negativa. Sin embargo, se recibió un presupuesto del MOP, hoy en nuestro poder, sobre un costo estimado de $2.700.000, pero nada más.
Ahora, tal vez. Con la intervención de la legendaria María Chichilco, Ministra de Desarrollo Local, y actuando brazo a brazo con el MOP, la pavimentación del ramo Villa El Rosario-Los Quebrachos, puede ser realidad; desde luego, si se cuenta también con la decisión y aporte efectivo de los alcaldes amigos Valentín de Jesús Claros, de Villa El Rosario, y Fray Arriaza López, de Jocoaitique.
Los pobladores laboriosos del Norte de Morazán esperan que el nuevo gobierno del presidente Bukele, incluya en sus proyectos -tal vez ahora sí- la pavimentación del tramo vial mencionado, para contribuir al desarrollo integral de la Zona Norte de Morazán.