El rumbo de la economía salvadoreña continúa siendo motivo de debate entre diferentes sectores. Mientras el Gobierno salvadoreño asegura que hay una economía dinámica que está mejorando las condiciones de las familias salvadoreñas, economistas remarcan que en tema de inversión y mejoramiento del clima de negocio hay mucha tela que cortar.
Este martes el gabinete económico del Gobierno en turno rindió cuenta de lo alcanzado en el último año de trabajo. El presidente Salvador Sánchez Cerén indicó que ha habido una apertura al diálogo con los sectores productivos pese a los niveles de polarización y aseguró que hay un entorno favorable considerando que la mayoría de sectores económicos muestran crecimiento y la población mayor poder adquisitivo.
Las proyecciones del Gobierno continúan siendo optimistas y se prevé para este 2016 un crecimiento de entre 2.3% y 2.6%. Las expectativas coinciden con las que han establecido organismos internacionales como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) y el Banco Mundial (BM). Al cierre de 2015 se registraba un crecimiento del 2.5%.
En una reflexión sobre el panorama actual, el presidente del Banco Central de Reserva (BCR) Oscar Cabrera, indicó que El Salvador ha alcanzado la mayor tasa de crecimiento en los últimos cinco años. En esta coyuntura destacan condiciones internacionales que han favorecido en buena medida la economía: incremento de las remesas, recuperación de la economía estadounidense, precios del petróleo y mayores ingresos a los hogares salvadoreños.
En una entrevista matutina, Cabrera también remarco que “el crecimiento debe de ir bajo una visión de igualdad de oportunidades para los salvadoreños”. Según el funcionario el país se enfrenta a muchos retos en esta materia y explicó que "la época de oro de crecimiento fue en la década de los 60 donde se registran niveles de hasta el 6%”. Finalmente afirmó que el lento crecimiento depende mucho de los porcentajes de inversión que se desarrollan en el país y la productividad.
Algunos logros destacados por el gabinete económico
Inversiones y clima de negocios
El vicepresidente Oscar Ortiz, aseguró este mismo martes que la inversión pública y privada muestra una tendencia positiva y según las proyecciones esta se mantendrá e incluso los sectores se potenciarán. “Los inversionistas siguen creyendo en El Salvador”, aseguró Ortiz añadiendo que se cuenta con reglas claras en el juego.
Destacó las inversiones en infraestructura, red vial, puertos, Aeropuerto Internacional Monseñor Oscar Arnulfo Romero y la diversificación de la matriz energética al que el Gobierno le apuesta como eje clave para el crecimiento y posicionamiento del país a nivel regional.
A la vez, recordó la importancia de reducir los altos índices de violencia e inseguridad que impactan al país desde hace varios años. Recientemente se conoció que el costo económico de violencia para el Gobierno salvadoreño, empresas y hogares asciende a $4,026.3 millones, lo que equivale al 16% de Producto Interno Bruto (PIB) nacional.
En esta línea de evaluación, el economista Pedro Argumedo, aseguró que con FOMILENIO II hay una importante oportunidad para el desarrollo de inversiones y negocios, y es el momento clave para la “eliminación de burocracia que desencadena una regulación ineficiente que limita el desarrollo”. Al mismo tiempo, desde la perspectiva del especialista la coyuntura debe servir para que el país puede “conectarse al mundo”.
También señaló que hay retrancas, entre ellas el atraso en la activación del Puerto de La Unión que debía haber iniciado operaciones hace ocho años.
El Fondo Monetario Internacional (FMI), concluyó en su último diagnostico sobre la economía salvadoreña que las causas del bajo crecimiento son múltiples, entre ellas la baja inversión propiciada la polarización política, alta criminalidad y migración, aumento de los costos laborales unitarios y altos costos de logística, alta exposición a los desastres naturales, barreras de entrada y expansión a los negocios e incertidumbre fiscal.
En medio de las proyecciones optimistas del Gobierno y los grandes retos en materia de crecimiento, inversiones y negocios la población salvadoreña continúa esperando respuestas concretas ante debates importantes del que cuelga una posible mejora en su calidad de vida, entre ellos el incremento al salario mínimo y la reforma al sistema de pensiones.