En los últimos años, los salvadoreños han manifestado su creciente descontento con la clase política y desconfianza hacia instituciones esenciales de la democracia, como la Asamblea Legislativa.
Se percibe a los políticos como personajes alejados del pueblo y sus necesidades, interesados únicamente en su lucro personal e influencia partidaria, que sólo se acercan a la gente para pedir su voto para las elecciones.
La gente está harta de las rivalidades entre los partidos políticos, de sus bloqueos, chantajes, debates estériles y maniobras para atacar a sus opositores, al servicio de agendas partidarias y no de un enfoque de estado.
Los modelos partidarios de gestión del desarrollo en El Salvador han fracasado: el modelo impulsado por la derecha y la administración del actual partido de gobierno han fallado en responder a las necesidades de los salvadoreños y en construir una sociedad más justa e igualitaria.
En este contexto, surge un movimiento social que encarna este descontento general hacia la política pero que, a diferencia de otros movimientos, no se limita a la indignación y crítica al sistema, sino que busca ejercer una nueva forma de hacer política para cambiarlo.
Es un movimiento horizontal, formado por diversos núcleos ciudadanos, sin jerarquías de uno sobre otro, caracterizados por la auto-organización y auto-gestión de sus actividades, y el espíritu de cambio en sus integrantes.
Es un movimiento nacional con proyección internacional, que está promoviendo la organización ciudadana en todo el territorio nacional, pero que también une a los salvadoreños residentes en el exterior, desde España, pasando por Suecia, Estados Unidos hasta Australia.
Su ideología es transversal: va desde la izquierda hasta la derecha, pero sin asumir sus extremos y ortodoxias, sino más bien orientando sus respectivos planteamientos en función del beneficio de toda la población.
Es un espacio para debatir propuestas y consensuar soluciones para el desarrollo de la nación y sus territorios, y así encontrar respuesta a los problemas y retos del país.
Si bien es un movimiento genuinamente social, nacido, organizado y fortalecido por la propia ciudadanía, también tiene vocación política, por su convicción de fomentar un nuevo modelo político que propicie una nueva era de desarrollo en El Salvador.
Es un movimiento ciudadano y político a la vez, que establecerá un nuevo código de ética para la política salvadoreña y nuevos estándares para el entendimiento entre las diferentes fuerzas políticas en función del progreso de nuestra nación.
Todas estas condiciones, perfilan a este movimiento como el lugar donde está naciendo la política del futuro y se construyen los nuevos valores, principios y modelos de gestión del desarrollo, igualdad y justicia de El Salvador.
Este movimiento es Nuevas Ideas y cambiará nuestra historia, de la mano de todas y todos los salvadoreños, residentes en el país o en el extranjero, con la participación de niños, jóvenes, adultos y más adultos, que hayan sido de izquierda, derecha o centro, pero que quieran un mejor país.
Nuevas ideas ya es una realidad: una realidad ciudadana, social y política, que vive en cada uno de los salvadoreños que aman El Salvador, que tienen voluntad de cambio y creen que nuestra sociedad puede ser mucho mejor de lo que es.