La historia humana está alfombrada con crueldades terribles. Muchas personas dirían que esto es una muestra de la maldad humana. Pero la verdad es otra, una verdad que da escalofríos, y esa verdad es, que las atrocidades y crueldades de la historia fueron inspiradas y realizadas por personas que creían estar haciendo lo correcto o lo necesario para lograr un bien mayor.
La moral es un fenómeno adaptativo de la especie humana. La especie humana puede crear grandes redes de cooperación por medio de ese pegamento que llamamos moral. La moral implica obligatoriedad, universalidad y una concepción de lo que es bueno y malo. Los humanos también tienen una profunda necesidad de estatus, una profunda necesidad de obtener reconocimiento. Una forma de ganar estatus y reconocimiento es, presentarnos como moralmente puros ante las personas que comparten nuestra misma creencia moral.
Una forma de presentarse moralmente puro es señalar por todas partes el supuesto mal que nos acecha. Entre más alto sea el estándar moral, más difícil será de cumplirlo, por lo que habrá mucha hipocresía y contradicciones, pero los esfuerzos por presentarse como puro llevará a muchos a buscar y señalar obsesivamente el supuesto mal. El filósofo Axel káiser sostiene que, quienes buscan señalar el mal en las redes sociales, es porque quieren demostrar que están libres de ese mal que denuncian, y así ser vistos como puros y gozar de estatus y prestigio.
Las redes sociales están llenas de personas que creen ser moralmente superiores y que están deseosas de ser vistas como puras y buenas, y así ganar reconocimiento por parte de las personas que comparten su misma creencia moral. Esto provoca que se conviertan en feroces inquisidores que linchan y deshumanizan a una persona por tener ciertas opiniones o ideas o supuestamente haber realizado una acción, que a juicio de estos inquisidores, es mala. Lo que provoca la destrucción de la reputación o imagen de la persona linchada o escrachada.
El filósofo Axel káiser también sostiene que, la violencia inquisitorial en las redes sociales, aparte de arruinar la vida de la persona linchada, es un atentado a la libertad de expresión, una libertad tan necesaria para el debate racional y la circulación de ideas que debe existir en una sociedad libre y civilizada. Esta es la base de la Cultura de la cancelación.
Vemos que en las redes sociales, navegan personas que desean alcanzar altos grados de pureza moral señalando y castigando a las personas que creen que son malvadas. Esto es una muestra del daño que cometen personas que creen que son buenas y que creen hacer lo correcto, y que así buscan convencerse a sí mismas que son buenas y puras personas.
Dado que la raíz de este problema reside en nuestra naturaleza humana, encontrar una solución será difícil,, pero quizás abra el camino hacia una solución estas palabras de Axel káiser
‘’ …Hay que pensar que siempre tras una pantalla, tras el Facebook, tras el Twiter, se encuentra un ser humano, no se encuentra un ser maligno sobre el cual podamos descargar todas nuestras frustraciones, descargar todo nuestro odio o nuestra rabia para así destruirlo. Da lo mismo la opinión política de la persona. Debe haber un mínimo de respeto sólo por el hecho de ser humanos.
Autor Mario Mejía, es Escritor.