Hace ya varios días se cumplió quinientos años de la toma de Tenochtitlán por parte de españoles e indígenas liderados por Hernán cortés. El Partido nacionalista español Vox, celebró este aniversario. Defendió en una publicación de Facebook, la idea de que Hernán cortés liberó a millones de personas de la tiranía de los aztecas. Los ataques no se hicieron esperar. Pero es cierto que, los aztecas tiranizaban a otros pueblos indígenas. La llegada española liberó a varios pueblos indígenas de la tiranía de otros pueblos indígenas.
Se espera que la actual España, no se sienta orgullosa de sus pasados aportes positivos y que pida perdón perpetuamente por las pasadas crueldades cometidas aquí en América. Y esto no debe ser así.
Recordemos que antes de la llegada de España, América no era una unidad política, estaba habitada por diversos pueblos, algunos organizados políticamente de una manera más compleja que otros. Muchísimos pueblos indígenas apoyaron militar y políticamente la expansión española en América. Hernán cortés derrotó a los aztecas con ayuda de los Tlaxcaltecas y Totonacas, Pedro Alvarado conquistó la actual Guatemala y el actual El Salvador con ayuda de Tlaxcaltecas, Mayas Kaqchiqueles, entre otros.
Philip Powell nos dice que, la diplomacia, más que la guerra, fue el factor principal que hizo realidad la expansión española en América. En otras palabras, la alianza política de españoles con muchos pueblos indígenas, hizo posible la expansión española en américa.
Una de las razones del porqué se condena tanto la expansión española en América, es porque estuvo acompañada de crueldades. No se niega que sí hubo crueldades, como en toda expansión imperial, pero no se sostiene la idea de que haya sido una crueldad demasiado diferente a la que han cometido otros pueblos expansionistas o agresivos de la historia. Toda la historia humana está manchada de crueldades, lamentablemente. Si se hace énfasis en la crueldad de la expansión imperial española, también se debería hacer énfasis en la crueldad de los miles de sacrificios anuales realizados por los aztecas, las crueldades de tribus africanas sobre otras tribus africanas, las crueldades de la expansión árabe en el norte de África y la península ibérica, las crueldades de la expansión mongola de Gengis Kan en Asia etc .Yuval Noah Harari, nos dice que, los imperialista de la China antigua miraban a los pueblos que conquistaban como bárbaros miserables a los que se le hacía un favor en civilizarlos.
El mito del ‘’Buen Salvaje’’ tiene que mucho que ver en la visión idealizada de los indígenas prehispánicos y en la severa condena y tergiversación de la expansión española en América.
Hacer énfasis en la crueldad de una expansión imperial del pasado, nos impide tener una aproximación objetiva hacia su comportamiento y su herencia cultural. Porque guste o no, la humanidad actual occidental es producto de las herencias culturales, morales y tecnológicas de imperios pasados. Hispanoamérica es hija del pasado imperio español en América.
No todos los imperios han sido depredadores, hay imperios que han sido generadores a pesar de las cuotas de crueldad presente en su expansión. El imperio español fue un imperio generador. Se preocupó mucho por saber si era realmente legítima su expansión en América, y construyó un obeso cuerpo jurídico de protección hacia los indígenas. Les reconoció el derecho a poseer sus propias tierras comunales, a vivir en pueblos propios y les otorgó calidad de súbditos al mismo nivel que los españoles peninsulares.
Las órdenes religiosas, como los dominicos, jugaron un papel importante en la defensa de los indígenas. El sometimiento de las bandas de conquistadores por parte de la corona, fue algo necesario en pro de los derechos de los indígenas.
María Elvira Roca Barea nos dice que, la defensa jurídica-filosófica de los derechos de los indígenas, desembocó en las bases de un nuevo derecho internacional. Que el imperio español reconociera a los indígenas como sujeto de derecho es una muestra de su carácter generador y de avance moral.
El imperio español reconoció la humanidad común entre españoles peninsulares e indígenas. Esto es un mérito histórico.
