Hay muchas definiciones del arte, tantas como artistas y expectadores. Esa sería una discusión tan interminable como aquella famosa de la Edad Media, de cuántos ángeles caben en la punta de un alfiler. Es más fácil definir qué no es el arte.
El arte no es religión, sociología, psicología, educación, política, ni ninguna de las disciplinas que, de alguna manera, conviven y se entrelazan con la labor del artista. El arte puede ser un auxiliar de estas disciplinas, pero su función, sus herramientas, y sus objetivos, siguen siendo otros.
El arte habla al subconsciente, a través de códigos que se escapan al artista mismo, y son interpretados por el espectador, que para él han sido hechos. No hay una única interpretación de una obra artística. Ni hay fórmulas ni esquemas para llegar a eso.
He visto con asombro, un rebrote de dogmatismos en nuestra sociedad, sobre los contenidos del arte. En una pintoresca discusión con una jovencita, me acusó de machista porque le dije que me gustaba el poema 15 de Neruda, que era un poema insultante, blah, blah, blah… Nunca esperé eso sobre un poema de intimidad, de imágenes y vibraciones sutiles sobre un momento sublime entre un hombre y una mujer. También, hace ya varios años, una doctora y escritora panameña, dijo que García Márquez debería de estar preso por pedófilo, por su recurrencia en el tema en su literatura. Luego, las discusiones que se están dando en España sobre las letras de Sabina, la literatura de Arturo Pérez Reverte, y un largo etcétera.
Partiendo del hecho de que somos herederos de una larguísima tradición patriarcal, todo el arte es un reflejo de esto. Pero no es quemando brujas y libros que vamos a cambiar eso. Ya lo intentaron en muchos momentos de la historia y sin resultados. Recordemos la Santa Inquisición, Hitler, los dictadores latinoamericanos, etc. Y de esa cacería, no se salvaría nadie, ni el divino aeda, Homero, que no queda muy bien parado con su historia de Penélope.
Eso me parece ocioso, soy fan de las feministas, he leído con voracidad a Simone de Beauboir y otras teóricas, desde mi adolescencia; vengo de un matriarcado tremendo, mujeres maravillosas formaron mi infancia y juventud, pero amor no quita conocimiento. El arte es el arte, la vida nos construye acumulando experiencia, obra, etc. Y todo lo que se ha hecho, aporta para nuestra vida y da luces para nuestro futuro.
Me preocupa que estemos ante el resurgimiento de un autoritarismo en el arte, como en la época de Stalin o que lleguemos a quebrar las estatuas milenarias como las de Afganistán. Cuidado con acomodar a todos los hombres el sello de “presunto culpable”. Mejor las incito a que planteen una alternativa diferente, pero con su obra personal. Porque más que el machismo, más que el patriarcado, es la culpa lo que ha hecho el mayor daño a la humanidad y destruye las almas.