Hace dos años y medio, muchos salvadoreños estaban temerosos de la candidatura de Donald Trump como Presidente de EEUU, tomando en cuenta sus comentarios en contra de los migrantes y del comercio internacional; en esa ocasión escribí cuatro artículos en los que analizaba esa problemática.
Tres días después del triunfo electoral de Donald Trump, mi interés era conocer su programa económico electoral; tenía conocimiento que en el año 2015, el Partido Republicano había nombrado una comisión con ese fin, que sería una política económica proteccionista y a favor de la gran empresa de los EEUU interesada en aumentar el poder económico de ese país; también tenía conocimiento que en el Asamblea en que fue postulado como candidato presidencial, no se había profundizado sobre ese tema y que en la campaña electoral este candidato no había tomado en cuenta a los dirigentes tradicionales de su partido.[1]
Ocho días antes de la toma de posesión expresé: que no debíamos temer que el TLC con EEUU fuera modificado a favor de los EEUU, así como que su economía se fortalecería, lo cual era bueno para nuestro país.[2]
Tres días después de la toma de posesión, existía la preocupación porque Trump había venido diciendo que adoptaría políticas que se podrían catalogar como neomercantiles; opiné que esas políticas no eran nuevas, durante las administraciones de Clinton y Busch se habían aplicado bajo la forma de firma de Tratados de Libre Comercio, mientras que Trump lo haría renegociando esos tratados; en el caso de Centroamérica, podrían salir afectadas las exportaciones de componentes electrónicos de Costa Rica, así como las exportaciones de azúcar de todos los país, pero que esa amenaza era muy remota.[3]
Observando el proceso de puesta en práctica de la política económica de Trump, durante los primeros cinco meses de su gestión, dije: que a nuestro país le interesa que los EEUU fuera exitoso en su estrategia de crecimiento económico y de aumento del empleo; que los países más afectados por la política económica de Trump serian China y México; que en el caso de El Salvador aumentarían las deportaciones de salvadoreños que hubieren violado la ley y sería más difícil la entrada ilegal a ese país; que los EEUU no estaba interesado en modificar el Tratado de Libre Comercio con Centroamérica, pero que habría más anuencia de las autoridades de ese país para modificar las cláusulas que nos afectan significativamente.[4]
A mas de dos años de que Trump llegó a la presidencia, se observa que las políticas de Trump no han sido negativas para el país: se han mantenido buenas relaciones diplomáticas y la cooperación externa no ha disminuido significativamente, no obstante haberse descubierto casos de corrupción durante el gobierno de Mauricio Funes y las expresiones ultra izquierdistas de algunos altos funcionarios gubernamentales del partido FMLN; el gobierno de los EEUU no ha tomado medidas en contra de nuestras exportaciones.
Pareciera que el gobierno de Estados Unidos sigue cumpliendo su compromiso no escrito en los Acuerdos de Paz, de apoyar la reconstrucción del país durante la post guerra y permitir que el FMLN pudieran gobernar.