viernes, 12 abril 2024
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Dolarización, reservas internacionales y meses de importación (Parte 1)

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"Aquellos tiempos cuando el Banco Central de Reserva aún tenía reservas internacionales de libre disponibilidad…": Ricardo Villeda, economista.

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Por: Ricardo Villeda F.

Recientemente, se han escuchado planteamientos que afirman que actualmente en El Salvador, las reservas internacionales netas no cubren el mínimo de tres meses de importaciones que, de acuerdo a criterios generales establecidos internacionalmente, se considera como un requisito mínimo para el buen funcionamiento de la macroeconomía. En consecuencia, se afirma que no basta con monitorear el nivel de reservas internacionales, sino que se tiene que calcular el número de meses de importación de bienes y servicios que se pueden financiar con ese monto de reservas. Este planteamiento incluso, es realizado por organismos financieros internacionales de renombre como el Fondo Monetario Internacional.

No obstante, esta medición de los meses de importación es útil para una economía no dolarizada, pero no es adecuada para evaluar el comportamiento actual de las reservas internacionales en El Salvador, por ser esta una economía dolarizada con sus propias características. La razón de esto es que, por definición, las reservas internacionales son activos de libre disponibilidad pertenecientes al banco central, sin embargo, después de habernos dolarizado, las reservas internacionales dejaron de ser de libre disponibilidad y, además, posteriormente no se tomaron las decisiones de política económica que pudieran darle ese carácter.

Obviamente esta explicación, por estar basada en una definición de un manual de cuentas del sector externo, puede resultar nebulosa para alguien que no está familiarizado con el tema. Por tanto, es necesario exponerlo en cristiano, de tal manera que se pueda asimilar más fácilmente.  Es eso lo que se intentará hacer en este artículo.

Para comprender mejor la situación actual de nuestras reservas internacionales, primero hay que explicar el papel que estas juegan en una economía no dolarizada, como lo fue la de El Salvador antes de 2001.

Las reservas internacionales están constituidas principalmente por divisas, es decir, por monedas extranjeras qué son aceptadas en la mayoría de los países, tales como los dólares, yenes, euros, etc. pero además puede haber oro, derechos especiales de giro etc. pero estos han tenido menor importancia en El Salvador.

Para simplificar la explicación, diremos que, bajo ciertas condiciones, el banco central provee de las divisas que requieren los diferentes agentes económicos para realizar transacciones internacionales, ya sea para importar bienes y servicios, para pagar deuda externa, etc. El banco central utiliza la moneda doméstica que emite, para comprar esas divisas en el mercado financiero. Por ejemplo, antes de 2001, si el banco central deseaba incrementar sus reservas internacionales, simplemente podía imprimir colones y con ellos compraba los dólares que necesitaba para alcanzar la meta propuesta de reservas. También el banco central podía incrementar sus reservas internacionales endeudándose a mediano y largo plazo en el exterior con un banco internacional.

En una economía no dolarizada, estas reservas internacionales sirven para enfrentar una situación perjudicial para la economía reflejada en una caída temporal de ingresos de divisas. Por ejemplo, sí un país se ve afectado por una reducción transitoria en los ingresos de divisas provenientes de las exportaciones, seguramente esto provocará una disminución en el nivel de la actividad económica, ya que los importadores de bienes de consumo, de materias primas, etc. tendrán serias dificultades para adquirir los dólares necesarios para importarlos, lo cual puede traducirse en un aumento en el precio de adquisición de los dólares, es decir que se producirá una devaluación del colón, con todos los efectos negativos que esto implica para una economía, tales como menor crecimiento, mayor inflación, desempleo, pobreza, etc. Es decir, se produciría lo que los economistas denominan una crisis macroeconómica provocada por una crisis de balanza de pagos.

Para evitar este escenario negativo, en una economía no dolarizada el banco central puede utilizar temporalmente sus reservas internacionales vendiéndolas en el mercado cambiario, de tal manera que los agentes económicos no sufran una escasez de divisas, especialmente los importadores. Por ejemplo, en el hipotético caso que antes de 2001 El Salvador hubiera enfrentado una caída en sus exportaciones, debido a un evento inesperado y temporal, el banco central hubiera podido perfectamente utilizar una parte de sus reservas internacionales para satisfacer las necesidades de divisas de los importadores. Esto constata el hecho de que, en una economía no dolarizada, las reservas internacionales son de libre disponibilidad, porque el banco central puede utilizarlas a discreción en una crisis.

En la práctica, las cosas son un poco más complejas, ya que el proceso antes descrito se ve afectado por el régimen de tipo de cambio adoptado por el banco central, por la institucionalidad que se haya creado en torno a dicho régimen, y en general, por su política monetaria, cambiaria y crediticia.  Estos aspectos no se han abordado en este artículo para no perder de vista el objetivo propuesto.

Preliminarmente entonces, se puede concluir que, en una economía no dolarizada, las reservas internacionales juegan un papel de suma importancia conjurando crisis macroeconómicas de carácter transitorio.

En la segunda parte, se intentará explicar el significado del indicador que mide los meses de importación que se pueden financiar con las reservas internacionales, para luego argumentar que este indicador ha perdido relevancia en El Salvador, debido a la dolarización.

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Ricardo Villeda F.
Ricardo Villeda F.
Licenciado en economía graduado de la Universidad de El Salvador. Trayectoria de 30 años en Gerencia de Estudios Económicos del BCR y actual profesor en la Facultad de Ciencias Económicas de la UES. Colaborador de ContraPunto.

El contenido de este artículo no refleja necesariamente la postura de ContraPunto. Es la opinión exclusiva de su autor.

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