La noche del lunes, los republicanos del Senado de los Estados Unidos confirmaron el nombramiento vitalicio de la jueza Amy Coney Barrett para la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos.
Mony Ruiz-Velasco, Directora Asociada de Alianza Americas, responde a este desarrollo:
“Al haber confirmado a la juez Barret, sin un solo voto del partido minoritario, los senadores republicanos han contribuido a la profunda polarización que divide a la nación. Esta confirmación demuestra el abuso de poder por parte del Senado y el total desprecio por la voluntad de millones de votantes, 60 millones de los cuales ya han votado anticipadamente en todo el país. Al votar por un nombramiento vitalicio para el máximo órgano legal del país a pocos días del día de las elecciones, los senadores republicanos están haciendo lo contrario de lo que hicieron en 2012 cuando negaron al presidente Obama su prerrogativa constitucional de nombrar a un juez a la Corte Suprema de Justicia.
La juez Barrett ha sido nombrada para un puesto vitalicio, lo que afectará las vidas de millones de personas en los EE. UU. por generaciones. Desafortunadamente, la juez Barrett tiene una historia preocupante que pone en mayor riesgo los derechos y las vidas de las poblaciones en situación de vulnerabilidad. El historial de la juez Barrett demuestra su falta de apoyo a los derechos reproductivos de las mujeres, la justicia de inmigrantes y los derechos de las comunidades LGBTQ. Su confirmación a la Corte Suprema de Justicia amenaza con hacer retroceder en el tiempo a Estados Unidos al potencialmente revertir decisiones históricas pasadas.
Sin la legitimidad del apoyo bipartidista para un nombramiento tan trascendental, la juez Barrett tomará decisiones en las próximas semanas y meses con respecto al acceso a la atención médica, políticas migratorias, los derechos de las personas LGBTQ, y potencialmente el resultado de esta elección. La juez Barrett se ha negado a reconocer el cambio climático como una amenaza real para la humanidad, ha hecho declaraciones en contra de las regulaciones sobre las armas de fuego y ha votado en contra de la responsabilidad corporativa. Esta confirmación es una pérdida para la democracia, las mujeres y las comunidades más vulnerables”.