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Democracia global o Neo Colonialismo

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El individuo se ha convertido en un autómata, se alimenta, viste y piensa lo que una elite ha decidido

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La historia de la sociedad compuesta por guerras, pandemias, desarrollo cientí­fico-tecnológico, etc. Después de dos milenios, podrí­amos afirmar que el ser humano ha alcanzado el mayor nivel de convivencia humana, y las mejores condiciones económicas.

El paso de lo primitivo a lo contemporáneo, no fue para todos, sino para la élite esclavista, que se transformó en feudal y por último mudó en oligarca global.

El siglo XXI es la versión moderna del antiguo esclavismo, las cadenas se transformaron en tarjetas de crédito, el esclavo está atado a la banca transnacional, y recibe órdenes del “Big Brother” a través de la televisión, periódicos, tablets, laptos, smarphones, radio, vallas publicitarias, banners, etc.

El individuo se ha convertido en un autómata, se alimenta, viste y piensa lo que una elite ha decidido. Le inculcan que la vida consiste en el placer de consumir bienes y servicios que no necesita, que no son de consumo básico, de esa manera vende con anticipación su fuerza de trabajo, de ahí­ en adelante vivirá para pagar sus deudas, hundido en la pobreza y con una severa crisis existencial.

El mayor placer y necesidad es consumir, no se interesa por el calentamiento global, la precarización de los salarios, el movimiento social, la educación de alto nivel, etc. Su realidad es la fantasí­a de un mundo delineado por la mass media, no percibe que lo han convertido en persona desechable.

A nivel teórico se aborda la problemática a través de análisis que van desde el posmodernismo, democracia global, hibridación cultural, mundo cosmopolita, socialismo del siglo XXI hasta la creación de un nuevo orden alternativo internacional basado en la construcción de un sistema jurí­dico, económico y polí­tico, para sintonizar a los paí­ses de la palestra mundial, organismos financieros internacionales y empresas transnacionales en la misma orden de frecuencia, que será la democracia, que se sustentará en la justicia y la equidad global.

La mayorí­a de los paí­ses del mundo se consideran democráticos, por ejemplo, Suecia, Cuba, Irak, Bolivia, EE.UU., Haití­, Burundi, etc. El trecho que existe en algunos de ellos entre la democracia real y la formal es abismal.

Cuál es la causa del por qué no existe la democracia real en la mayorí­a de los paí­ses del mundo, sin ánimo de ser simplista, en primer lugar, es por la existencia de partidos polí­ticos autoritarios, populistas y corruptos, es obvio que con este tipo de institutos polí­ticos no puede haber gobierno democrático y honesto, estos partidos son como el cáncer en estado de metástasis porque con sus militantes en calidad de funcionarios corrompen las instituciones del Estado.

Tanta culpa tiene el corrupto como el corruptor, quiénes son por lo general los corruptores; al interior del paí­s están constituidos por los grupos de poder económicos y en el plano exterior por gobiernos imperialistas, empresas transnacionales y organismos financieros mundiales.

Quién es la principal ví­ctima de la corrupción en los paí­ses dis democráticos, la población. No obstante, los polí­ticos y empresarios del gran capital esgrimen un discurso demagógico, con el agravante que en las Constituciones Polí­ticas y en las leyes secundarias está escrito que el sistema polí­tico es democrático, y que el ciudadano es el principal objetivo de todo el ordenamiento jurí­dico nacional, etc.

Las poblaciones de los paí­ses con democracias irreales padecen a causa de corruptos y corruptores en un contexto de neoliberalismo y globalización, y cuando los paí­ses poseen riqueza energéticas o minerales la situación empeora.

Cuando al fin, un paí­s del Tercer Mundo tiene la suerte de que acceda al gobierno un partido polí­tico honesto y ético, y trata de hacer de que la gran empresa nacional y las transnacionales respeten las leyes, y no permite que los organismos financieros mundiales le dicten órdenes y le impongan condiciones anti populares; ese gobierno se convierte automáticamente en enemigo de la corrupción nacional y global.

Desde el momento en que un paí­s subdesarrollado con riquezas naturales traté de instaurar la democracia, será ipso facto saboteado y desprestigiado por la oligarquí­a nacional, las transnacionales y los paí­ses imperialistas, porque un gobierno democrático hará respetar las leyes y ejecutará polí­ticas públicas en beneficio de la población, ejemplo Hugo Chávez en Venezuela, Correas en Ecuador, Evo Morales en Bolivia, Cristina Fernández en Argentina, Dilma Rousseff en Brasil.

El autor es: Lic. Relaciones Internacionales en Universidad Autónoma de Centroamérica (UACA), Costa Rica; M.A. en Ciencia Polí­tica en Université du Québec í  Montréal (UQAM), Canadá

Doctorando en Ciencias Sociales Universidad de El Salvador, El Salvador

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Oscar A. Martínez Peñate
Oscar A. Martínez Peñate
Escritor, politólogo y analista de la realidad nacional salvadoreña y centroamericana.

El contenido de este artículo no refleja necesariamente la postura de ContraPunto. Es la opinión exclusiva de su autor.

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