Cuando se anunció el nacimiento del movimiento Nuevas Ideas, los mismos de siempre se burlaron diciendo que “una sola golondrina no hace verano”, pronosticando que nadie se uniría a esa iniciativa ciudadana.
Ante el entusiasmo expresado por la población en las redes sociales, los mismos de siempre menospreciaron este respaldo ciudadano, diciendo que no eran seguidores reales, sino troles y cuentas falsas creadas para apoyar al movimiento.
Con la participación de la población en las primeras actividades del movimiento, los mismos de siempre dijeron que los simpatizantes del movimiento no eran más que un grupito de millenials, insignificante y nada representativo de la sociedad salvadoreña.
Luego, ante la afluencia cada vez mayor de simpatizantes al movimiento, los mismos de siempre expresaron que, a lo más, era un movimiento metropolitano, pero sin eco más allá del Gran Salvador ni estructura a nivel nacional.
Sin embargo, los hechos han demostrado todo lo contrario, nuevamente.
Nuevas Ideas ha pasado de la idea de transformación política, al hecho de transformar la realidad política de El Salvador; del llamado a conformar un movimiento ciudadano, a la movilización social más grande de los últimos tiempos y, seguramente, de todos los tiempos.
Ahora, Nuevas Ideas se ha convertido en la primera fuerza política del país, con la mayor organización ciudadana a nivel territorial, con uno o varios grupos auto-gestionados y auto-financiados en cada uno de los municipios del país.
Es el movimiento social más plural y diverso del país, con personas de diferentes edades, credos, religiones e ideologías; representantes de diversos sectores, profesiones y ocupaciones; y muchas personas que ni siquiera les interesa la política, pero que sí quieren cambiar al país.
Es el movimiento social y político más orgánico del país, que se ha organizado con base en su propia iniciativa de transformación social, política y económica de El Salvador y desde su propio voluntad orienta las decisiones estratégicas y contenidos de sus planteamientos.
En este sentido, es el movimiento más representativo que ha habido en nuestra historia, que incluye a toda la pluralidad de salvadoreños, con voz e incidencia, de todos los rincones del país, y aún más allá de nuestras fronteras, de todos los países donde residen nuestros hermanos.
La verdad ha borrado aquellas voces que criticaban que era un movimiento de un puñado de jóvenes, sin transcendencia a nivel nacional ni soporte territorial, y ha despejado un nuevo panorama, en donde Nuevas Ideas aparece como la primera fuerza política del país.
Nuevas Ideas es una realidad política de la que todos hablan, a la que todos ven actuar y hacer las cosas diferente a los partidos tradicionales, y de la que todos esperan que cambie la forma de hacer política en el país.
El movimiento Nuevas Ideas sobrepasó la idea del movimiento Nuevas Ideas, y la sobrepasó mostrando más determinación, fuerza y organización de la que cualquiera hubiera imaginado, y un carácter innovador que hará historia en El Salvador.