Por Gabriel Otero.
Para Grego Pineda
INTROITO
Durante dos años los periódicos Metro Latino USA y Washington Hispanic significaron la puerta de entrada para mi obra periodístico-literaria en los estados de Washington y Maryland, son grandes vitrinas para llegar al lector hispano parlante, eso sucedió gracias a la generosidad del escritor y amigo Grego Pineda.
Grego cedía su espacio y me invitaba a publicar columnas sobre los temas que a él le agradaban, y lo pude hacer con cierta regularidad hasta que llegó el turno del artículo “La revelación y rebelión de las redes sociales”, este era una burla al comportamiento de los usuarios ante las cadenas de correos y las redes como X, Instagram y TikTok. Grego afirmaba que la columna reunía lo que él hubiese querido escribir sobre el tema, incluso el título era de su autoría.
Sin embargo, no pasó el filtro de la editora por considerar que se insultaba a los lectores, el periódico, con una postura conservadora quería evitar críticas gratuitas, este fue sustituido a última hora por mi texto “El Carbonero” para exaltar la salvadoreñidad de la diáspora.
Grego, después de años de publicar varias veces por mes y difundir la obra de pintores, escritores y promotores culturales, se tomó un descanso, y fastidiado de sus redes sociales, las cerró.
Esta columna retoma el espíritu del artículo censurado y va dedicada al gran Grego.
MI AMIGO CHOMSKY
A Noam le sobran admiradores. A sus 95 años los rumores lo mataron en las redes sociales, pero él como buen judío revoltoso jamás siguió a la luz y regresó para tumbar a patadas la puerta de la vida y permanecer tan campante como sus ideas.
El 18 de junio de 2024 los muros de Facebook y los tuits de X parecían un obituario cibernético extendido, todos lamentaban la muerte de Chomsky y se fueron en la marejada de la noticia falsa, nadie verificó la veracidad del hecho y lo enterraron sin haber fallecido.
Ante el bombardeo de comentarios emitidos por analfabetas conocidos, de inicio me sentí abrumado ante tanto lingüista, pero después me percaté que la causa de tantas simpatías eran sus posturas políticas y sus críticas abiertas a los sistemas neoliberales.
Gran parte de la ola de lamentaciones se debió a poses intelectualoides y a la mímesis social obligada de que todos los habitantes consuetudinarios de las redes que consideraban a Chomsky como su amigo.
Por un momento, me sentí infame por vomitar de solo recordar la gramática generativa de su autoría. Tres materias seriadas de lingüística avanzada cursadas en la carrera, fueron motivo suficiente para aborrecer la obra de Ferdinand de Saussure, Noam Chomsky, Dámaso Alonso y Alarcos Llorach, entre otros filólogos y lingüistas distinguidos.
Yo respeto la figura de Chomsky, pero no, no es mi amigo.
ES HOMBRE, AUNQUE TENGA VAGINA
Los usuarios católicos de redes sociales se quedaron con ganas de confrontarse después de lo sucedido en la inauguración de los Juegos Olímpicos de París 2024.
Como una muestra de lo respetuosa que suele ser la religión, durante días reprodujeron imagotipos con figuras vomitando los colores del arcoíris con fondos de la Torre Eiffel y los aros alusivos a las olimpiadas.
Y en los umbrales de las puertas del paraíso hacían alusión a la presencia del maligno en las calles de París y despreciaban la transformación de la Ciudad Luz en Sodoma y Gomorra.
Y se alegraron cuando la empresa de telecomunicaciones C Sprite, cuya sede se encuentra en el estado de Mississippi, uno de los lugares más segregacionistas en los que hace décadas tuvo presencia el Ku Klux Klan, retiró su patrocinio de los juegos olímpicos, debido al performance blasfemo de La última cena.
Pero el pretexto ideal lo proporcionó la boxeadora italiana Angela Carini cuando se retiró a los 46 segundos en una pelea contra la argelina Imane Khalif.
La italiana Carini declaró a la BBC que “podía haber sido el encuentro de mi vida, pero en ese momento también tenía que preservar mi vida”*.
Y como pasa en estos casos, sospecharon por la apariencia física de la boxeadora argelina y revisaron algunos antecedentes del Comité Olímpico Internacional que no reconoce la legitimidad de la Asociación Internacional de Boxeo, cuyo presidente el ruso Umar Krenlev, insinuó que en ella prevalecían los genes XY y mucha testosterona y se desató el escándalo.
¿Cómo podía competir un hombre en la categoría de mujeres? Y llegó un alud de condenas de gente que se lanzó al vacío sin el paracaídas de la información, y acusaban a Imane Khalif de ser travesti sin saber que en Argelia la homosexualidad está ampliamente reprimida y que inclusive existen castigos corporales.
Y el bulo difundido por cretinos sin fundamentos, como se divulgan los rumores, no se suspendió a pesar de las aclaraciones del Comité Olímpico Internacional y ni siquiera las explicaciones científicas sirvieron porque ella es hombre, aunque tenga vagina.
Pobre de la humanidad, tan cerca de la fe y tan lejos de la ciencia.
* https://www.bbc.com/mundo/articles/cyx56xqxrq1o