Con esta columna iniciamos una colaboración entre Panorama Económico y Diario Digital ContraPunto, para hacer análisis periódicos de la realidad económica nacional. Esto es parte del compromiso por aportar a la construcción de una ciudadanía informada para el ejercicio de derechos y la toma de decisiones.
En esta primera entrega nos centraremos en el crecimiento de la producción, como indicador principal del dinamismo de la economía del país. Este indicador se mide a través de la Producto Interno Bruto (PIB), una variable macroeconómica que refleja el valor monetario de la producción de bienes y servicios dentro del país.
Para 2018, el valor del PIB fue de $26,056.9 millones. Esto representa un crecimiento real del 2.54% con respecto al 2017. El tercer trimestre de 2019, el PIB tuvo un crecimiento real interanual del 2.7%. Pero veamos más a fondo, para entender lo que nos dicen estas cifras.
El valor del PIB puede ser obtenido por tres enfoques, cuyo resultado numérico es el mismo, pero nos permiten abordar diferentes aristas. El primero, es por el lado de la producción, donde se identifican los valores agregados de cada una de las ramas de actividad económica.
Según las estadísticas oficiales del Banco Central de Reserva (BCR), las ramas que más aportan a la producción son las Industrias Manufactureras (16.2%) y el Comercio (11.8%). Estas dos ramas, de las 20 agregadas, generan un poco más de $1 de cada $4 de la producción. La construcción representa el 5.3% y la agricultura el 4.9%.
Para el tercer trimestre del 2019 la rama de actividad económica con mayor crecimiento ha sido la construcción, con un crecimiento interanual del 12.5%. Esto es un cambio respecto al año anterior, en el que el mayor crecimiento lo tuvieron las Actividades de Atención de la Salud Humana (7.0%).
El segundo enfoque es por el lado del gasto, donde el PIB expresa la suma de bienes y servicios finales según quiénes demandaron esos productos. Esto se refiere al Gasto de Consumo Final de los hogares y el gobierno, la inversión de las empresas y del gobierno, medidas a través de la Formación Bruta de Capital, y el consumo de producción local por parte del resto del mundo, reflejada en las Exportaciones. A esto, se le quita la parte de todo ese consumo que se cubrió con producción extranjera, estas son las Importaciones.
Volviendo a las estadísticas del BCR, el gasto de consumo final de los hogares representa el 83.1% del PIB y el del gobierno el 16.1%. La inversión total significa el 16.5% del PIB, de la cual el sector privado genera 14.1% y el público 2.3%. El resto del mundo compra producción doméstica que representa el 28.9% del PIB y cerca de la mitad de todo este consumo se cubre con importaciones (48.6%).
Para el tercer trimestre 2019, el consumo de los hogares ha crecido 1.9% con respecto al año pasado. Ese dato para 2018 fue de 4.4%, lo que implica una desaceleración en el consumo. La inversión también muestra señales de ralentización, ya que el crecimiento interanual en el tercer trimestre 2019 ha sido de 1.0%, mientras en el 2018 fue de 11.9%. El rubro con indicios de crecimiento han sido las exportaciones, que crecieron 5.2% frente al -0.4% del año anterior.
El tercer enfoque del PIB es por el lado de los ingresos, es decir, cómo se distribuye esa producción. Será necesario darle un abordaje de mayor profundidad, así que lo dejaremos para una próxima entrega. También analizaremos las estadísticas macroeconómicas al cierre de 2019 que deberá presentar el BCR en los próximos días.