En la última década han muerto más de 100 personas a manos de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos. Así lo señala una recopilación elaborada por la Coalición de Comunidades Fronterizas del Sudoeste o SBCC.
Muertes impunes no investigadas
Integran el grupo más de 60 organizaciones de los estados fronterizos Arizona, California, Nuevo México y Texas. La Opinión publicó la información, junto a otros medios.
Diecisiete de las muertes se registraron el año pasado, y 36 desde que asumió el presidente Trump.
La cifra no incluye aquellas muertes acaecidas bajo custodia del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas o ICE.
Muchas han quedado impunes y los responsables no fueron castigados, lo que señala a la Patrulla Fronteriza como una organización cerrada y reacia a prestar cuentas.
Resaltan tres circunstancias: uso excesivo de la fuerza; no haber proporcionado asistencia médica requerida cuando era posible hacerlo, y disparos hacia territorio mexicano, en el que en este lapso los agentes dieron muerte a seis personas.
También en El Salvador
Esta lista negra se agrega a otra no menos espeluznante proveniente de El Salvador. Se trata de uno de los países más violentos y peligrosos del mundo.
Sin embargo, miles de inmigrantes indocumentados y solicitantes legales de asilo fueron deportados allí de Estados Unidos entre 2013 y 2019. De ellos, según la organización Human Rights Watch (HRW), han muerto al menos 138, a manos de pandilleros, policías, soldados, paramilitares o escuadrones de la muerte.
Llama la atención que se haya devuelto a ese país, contra las leyes internacionales, a solicitantes legales de asilo que precisamente huían de la violencia que finalmente los alcanzó.
La cifra aumenta si incluye a al menos 70 desapariciones o violaciones sexuales que terminaron en muerte. La mayoría de estos fallecimientos sucedieron en el primer año de la deportación de las víctimas.
Emerge de estas cifras un cuadro preocupante respecto a la aplicación de las leyes de inmigración por parte del gobierno. Sí, se debe avanzar una reforma migratoria y aliviar la situación de los solicitantes.
Acciones de dudosa legalidad
Pero incluso en la aplicación de las leyes existentes el gobierno de Trump recurre a la fuerza letal innecesaria o a acciones de dudosa legalidad para imponerlas.
Estamos ante una situación trágica: detrás de cada muerte hay una historia estremecedora de familias despedazadas por la violencia, la pobreza, la desesperación. Fueron obligadas a abandonar sus hogares y enfilar hacia el Norte, con la esperanza, muchas veces vana, de que serían aceptados y podrían comenzar una nueva vida sin temer por sus vidas. En lugar de ello encontraron su fin al intentar la travesía.
Son números terribles que deberían conocerse, para que se comprenda la magnitud de la tragedia en nuestra frontera.