El economista Salvador Arias sostiene que el desempeño económico de El Salvador ha “revivido” el debate sobre la posibilidad de desdolarizar al país. Esto como una solución al problema del crecimiento y el déficit fiscal que durante los últimos meses mantiene en jaque al Gobierno para cumplir con sus obligaciones y compromisos.
En el libro “Regreso del Colón a El Salvador y en Derrumbe del Imperialismo del Dólar”, Arias propone un proceso de desdolarización a partir del análisis de la economía del dólar y sus perspectivas que anuncian la “decadencia del imperio del dólar” y aunque no hay hora y fecha, sí síntomas claros.
El análisis plantea que contrario a lo que se predicó sobre la dolarización, no hay evidencia de que haya estimulado el comercio internacional, tampoco hay pruebas de que se haya contribuido a reducir el costo financiero y tampoco a facilitar el desarrollo de los mercados domésticos. Pese a que el país mostró un patrón de crecimiento estable, está por debajo del de la región.
Según Arias, el primer paso para la desdolarización es recuperar el derecho constitucional de tener una moneda propia, recuperar la política monetaria y establecer una política cambiaria flexible manejada por el Banco Central de Reserva (BCR).
“Planteamos desprivatizar la emisión de la moneda, dado que el dólar lo imprime la Reserva Federal de EE.UU., que es propiedad de los bancos más importantes de ese país y el mundo”, indica su análisis en el libro publicado el pasado lunes.
Para desdolarizar, según Arias, el BCR debe realizar operaciones monetarias y financieras así como disponer de sus políticas crediticias y cambiarias a modo que estén coordinadas con las restantes políticas económicas y especialmente las de carácter fiscal.
Entre las funciones que recuperaría, destacan: emitir la moneda, mantener la estabilidad del valor interno y externo dela moneda, prevenir y moderar tendencias inflacionarias, mantener la liquidez, propiciar un desarrollo financiero eficiente, velar por pagos internos y externos, administrar el 100% de recursos financieros del Estado, entre otras.
El billete verde inició su circulación en El Salvador tras la aplicación de la Ley de Integración Monetaria (LIM), una legislación que según la investigación fue sometida por el Ejecutivo y aprobada sin discusión y análisis de manera irresponsable y se justificó con la necesidad de facilitar el intercambio comercial y financiero en forma eficiente y autoridad la circulación de monedas extranjeras que gocen de liquidez internacional.
Remarca que la ley nació viciada y que se ha comprobado que las razones que la motivaron no se han cumplido y lejos de “salvar” la economía, la socavó.
Es ante este escenario que el economista y movimientos sociales promueven la iniciativa para declarar la dolarización inconstitucionalidad ante la Sala de lo Constitucional, bajo planteamientos técnicos jurídicos.
La propuesta de la nueva LIM, establecería el colón como moneda de curso legal e irrestricto de forma permanente y sería el BCR quien emita la moneda y provea a los bancos el sistema. Además, establece que los salarios, sueldos y honorarios serán denominados y pagados en colones. Por otro lado, las operaciones financieras como depósitos bancarios, créditos, pensiones y emisión de títulos y cualquier otro movimiento del sistema financiero se expresarán en colones.
El economista recuerda que cuando se implementó la dolarización, se hizo a la par de políticas económicas que generaron condiciones macro y microeconómicas que se interconectaron con el cambio de moneda. Así la desdolarización no puede ser una política aislada, y debe ir acompañada de otras medidas.
Han pasado 16 años desde que El Salvador abandonó la moneda nacional para adoptar el dólar estadounidense. Aunque el proceso se planteó como “bimonetarismo”, transcurridos algunos meses del 2001, el colón era un recuerdo, prevaleciendo en el bolsillo de los salvadoreños únicamente el dólar en medio de una crisis tras los terremotos de enero y febrero del mismo año.