Con una ceremonia en la Catedral de Santiago, Chile comenzó este miércoles a despedir a Nicanor Parra, el "antipoeta" fallecido a los 103 años. La frase "Voy & vuelvo" sobre el féretro y la música de su hermana, la íconica Violeta Parra, son los símbolos de una ceremonia que pretende ser masiva.
El poeta, ganador del premio Cervantes en 2011, falleció el martes en su casa del barrio capitalino de La Reina. Su muerte conmovió al país, que decretó dos días de duelo y abrió la Catedral, reservada para las grandes personalidades, para su despedida.
Nicanor "bajó la poesía del cielo, rompió con las vanguardias y creó un sistema literario nuevo", comentó Naín Nómez, académico de la Universidad de Santiago, al conocer la muerte del escritor.
Y es que Parra hizo historia en la poesía del siglo XX con un estilo rupturista que llevó a repetir sus versos a sectores populares. En la academia, rompió los esquemas con su antipoesía, género con el que instauró en las letras un lenguaje caracterizado por el léxico simple, la ironía y los temas cotidianos.
"Las parodias y sarcasmos que utiliza son elementos que le dan a su poesía un lugar privilegiado, único", aseguró el académico. Parra "rompe con la sacralización de la poesía, es decir, de la poesía como algo sagrado"
"Gracias a la vida"
"Ni muy listo ni tonto de remate; fui lo que fui: una mezcla", escribió el autor en su epitafio, un poema escrito en 1969.
Físico, matemático y docente, el poeta dejó una obra en la que sobresalen "Poemas y antipoemas", su segundo libro publicado en 1954, "Antipoemas" (1960), Manifesto (1963), "Poesía política" (1983) y "Páginas en blanco" (2001).
Más allá de sus versos, Parra sobresalió por su extravagante personalidad que tomaba forma con irónicas opiniones. Poco amigo de recibir a la prensa y homenajes, Parra mantuvo una relación ambigua con su compatriota y Nobel de Literatura en 1971, Pablo Neruda.
Hermano mayor de la cantautora Violeta Parra y parte de una familia de artistas, el poeta declaró años atrás en una de sus últimas entrevistas: "La Violeta siempre fue abajista, yo siempre fui arribista", un juego de palabras en alusión a las voces que lo criticaron durante toda su vida por alejarse del discurso de la izquierda, que abrazó en su juventud.
Uno de los temas más famosos de su hermana, "Gracias a la vida", sonaba este miércoles en la Catedral, un lugar inusual para realizar un velatorio, cumpliendo uno de los pedidos que el poeta realizó en vida.
El escritor será enterrado el jueves, en una localidad de la región de Valparaíso junto al mar.